Miguel Cabrera
20:57 • 01 jun. 2021
María Dolores del Pino, nefróloga del Hospital Torrecárdenas, ha sido invitada a exponer en el próximo Congreso Mundial de Nefrología, que se celebrará en Barcelona el próximo octubre, un modelo de excelencia pionero en el mundo para mejorar la atención al paciente con enfermedad renal crónica avanzada (ERCA).
Se trata de un modelo de acreditación de la calidad de estas consultas, denominado ACERCA, que ha sido liderado por el Grupo de trabajo ERCA de la Sociedad Española de Nefrologia (SEN), y que ha sido coordinado por la doctora Del Pino y por Mario Prieto, jefe de servicio del Complejo Asistencial Universitario de León.
Este modelo “permitirá asegurar estándares de calidad en planificación, uso de recursos humanos y materiales, organización y procesos, derechos y seguridad del paciente, y resultados de supervivencia y calidad de vida”, como explica la especialista almeriense.
El objetivo del modelo ACERCA de acreditación de la calidad no es otro que “ayudar a las unidades ERCA a cumplir sus objetivos y, en definitiva, mejorar la atención de los pacientes con enfermedad renal crónica avanzada, que son aquellos con mayores índices de mortalidad y mayor deterioro en su calidad de vida, pues acaban necesitando diálisis o trasplante renal”, señala la facultativa.
Según añade, “existía un vacío en la literatura científica española y en la internacional sobre cómo deben funcionar estas unidades para mejorar la supervivencia de los pacientes, retrasar en lo posible la progresión de su enfermedad, favorecer una transición adecuada a la diálisis y el trasplante, reducir las complicaciones y promover la autonomía del paciente”.
Llenar un vacío Y justamente para llenar este vacío, y dada la complejidad en la atención de los pacientes más graves, desde el grupo de trabajo ERCA de la Sociedad Española de Nefrología se ha promovido este ‘Modelo de Acreditación de la Calidad’, que no solo es pionero a nivel mundial, sino que también es fruto de la primera recogida de aportaciones que se realiza de forma reglada en nuestro país sobre los aspectos que los expertos españoles consideran claves para medir la calidad de la atención a las personas con problemas renales crónicos más graves y en estadios más avanzados.
El modelo, que ya se ha validado con proyectos piloto en siete hospitales españoles, ha sido realizado en colaboración con los pacientes (ALCER), la enfermería nefrológica (SEDEN) y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). En definitiva, como concluye la nefróloga de Torrecárdenas, se trata de un modelo de acreditación “que aporta transparencia, que hace mejor a las organizaciones y a los profesionales, que tiene los pies en el suelo y que, sobre todo, incluye criterios fundamentales para el paciente, como la equidad en el acceso a los tratamientos, el derecho a la toma de decisiones compartidas, su empoderamiento y el de sus familias, que potencia la autonomía y, algo importantísimo, la corresponsabilidad de la persona con su enfermedad, en el manejo de su patología y sus síntomas, aspectos claves en la excelencia del servicio que se presta en estas unidades”.
70 estándares El modelo de acreditación de calidad que coordina María Dolores del Pino pretende medir el cumplimiento de 70 estándares de funcionamiento de las unidades ERCA que son “relevantes, comprensibles, medibles, que aportan beneficios y son alcanzables, agrupados en cinco bloques, reconociendo la excelencia de aquellas unidades que cumplan con los requisitos en cuatro niveles de acreditación diferentes: básico, avanzado, óptimo y excelente”.
La médica está convencida de que “es responsabilidad de todos trabajar para mejorar la calidad asistencial y demostrarlo acreditándolo, algo que aporta transparencia y hace mejorar a las organizaciones y sus profesionales”.
Esos estándares de funcionamiento de las unidades que se miden en el modelo están relacionados con los recursos materiales, humanos, con los procesos, la seguridad del paciente, y se han basado en un método de recogida de opiniones de nefrólogos españoles que trabajan en las unidades ERCA.
Otro valor de este proyecto, en opinión de los profesionales, es que iguala la atención y los cuidados a la persona allá donde se encuentre, de forma que hace posible que todos los profesionales que le atiendan lo hagan de una forma reglada y ordenada, encaminada a mejorar la salud y la calidad de vida de estas personas.
Como dice María Dolores del Pino, “solo desde la planificación y la evaluación se puede progresar”. Además, para la acreditación de las unidades se valora que éstas publiquen información de los servicios que dispensan.
“El objetivo de publicar es apoyar el análisis de los datos y que esta información permita mejoras futuras", expone la doctora, que pertenece al equipo de evaluadores de ACERCA y se muestra “ muy orgullosa con el fuerte compromiso con la calidad de los nefrólogos españoles". Hasta el momento, están acreditados 10 unidades españolas, y otras 10 están en proceso de hacerlo.
Alta mortalidad y elevado coste La ERCA afecta a dos personas por cada mil y tiene una alta mortalidad, de entre el 8 y el 10%. Tiene además un elevado coste para el sistema, superior a los 9.000 euros por paciente y año.
A las unidades ERCA se derivan quienes pueden necesitar tratamiento paliativo o iniciar diálisis o trasplante.
Presidenta de la SEN María Dolores del Pino ha sido durante los últimos ocho años presidenta de la Sociedad Española de Nefrología y miembro de la Comisión Nacional de la Especialidad de Nefrología, es académica de la Real Academia de Medicina de Andalucía Oriental, y coordinadora del Grupo de Trabajo de Gestión Clínica de la SEN.
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