Agua del Tajo por su bajo precio, pero mirando ya las alternativas

Pragmatismo entre las organizaciones de regantes y de agricultores que ayer estuvieron presentes en la firma del Acuerdo Institucional en defensa del Trasvase Tajo-Segura que firmaron los presidentes de Andalucía y Murcia. Quieren el trasvase, pero no lo fían todo al mantenimiento del mismo y ponen ya sus miras en posibles alternativas para regar los campos del levante.

Así lo manifestaba el portavoz de la Mesa del Agua de Almería, José Antonio Fernández, que entiende que es un acuerdo que ‘viene cojo’ al no contar con la adhesión de la tercera pata, Valencia, y aunque valora positivamente la unión de fuerzas entre andaluces y murcianos, “por lo que tiene de apoyo a los regantes de la zona del levante”, recuerda que la decisión “no la tienen ellos, sino el Gobierno central, al que le pedimos que reflexione porque es un recurso vital para nosotros”.

Andrés Góngora, secretario general de Coag, teme que este acuerdo institucional sirva para poco “porque el Ministerio tiene sus criterios y no atiende a razones; además el agua beneficia a tres comunidades autónomas y aquí hay solo dos”.

Ambos dirigentes, como Antonio Navarro de Asaja y Paqui Iglesias de UPA, coinciden en que a la vista del cariz que ha tomado la situación, “lo más práctico es ir mirando la forma de compensar esos recursos con agua de otras procedencias, como la desalada”.

El balance
En su análisis echan cuentas de que en los últimos años, como consecuencia de la disminución de lluvias provocada por el cambio climático, Almería ha recibido en torno a los 8 hectómetros cúbicos anuales, y no los 15 permitidos en condiciones ideales, por lo que consideran que reparar y poner en servicio la desaladora de Villaricos cubriría de sobra el menor aporte del trasvase Tajo-Segura.

Regantes y agricultores piden al Gobierno que no se limite el aporte del trasvase hasta que no se completen las obras de rehabilitación de esa desaladora, destruida hace casi una década por una riada y en “eterna espera” de reparación.

Para Antonio Navarro, una petición “razonable porque tenemos escasez tanto para el regadío como para consumo humano”.

Coste del agua
Apuntan una demanda más y es que se reduzca el coste del agua desalada para que no haya agravios entre productores almerienses y los de otras zonas del país. Un abaratamiento que puede llegar con varias medidas: la primera de ellas es que las desaladoras se alimenten de energías renovables, lo que permitiría una reducción de entre el 40 y el 50 por ciento en el precio del agua. La segunda la aplicación del decreto, que ya es efectivo en otras zonas del país, de establecer un ‘precio social’ a ese agua de 30 céntimos, algo que nunca llegó a aplicarse a los regantes almerienses.

Un último apunte lo hace Paqui Iglesias, para quien el problema, más que incrementar los caudales ecológicos, es que el Tajo presenta altos índices de contaminación por los vertidos de aguas residuales, incluyendo los de localidades de Madrid, “que dañan la calidad de las aguas y que precisan un tratamiento de depuración eficiente”.

Instituciones
Desde la Diputación, o ayuntamientos como los de Almería y Roquetas, se prestaba ayer un apoyo sin fisuras al acuerdo entre andaluces y murcianos. Javier Aureliano García, presidente de Diputación, “defender el trasvase del Tajo es una obligación porque riega más de 2.000 hectáreas de cultivo y da de beber a más de 120.000 vecinos de esta tierra”.

Ramón Fernández-Pacheco, alcalde de la capital, agradecía que se hubiera escogido Almería para la firma del acuerdo “porque implica cercanía con nuestros problemas y compromiso con el territorio”. Gabriel Amat por su parte aplaude el pacto, pero sigue insistiendo en que, de haberse ejecutado, “el trasvase del Ebro habría resuelto el déficit hace muchos años”.