El cementerio de la droga decomisada en operaciones policiales

Almería quemó 28 toneladas de droga aprehendida en un año entre grandes medidas de seguridad

Descarga de un alijo en el puerto
Descarga de un alijo en el puerto La Voz
Javier Pajarón
07:00 • 29 dic. 2020

La destrucción de la droga incautada es un trámite fundamental en los procesos judiciales. Las autoridades no pueden almacenar los miles de fardos de hachís o las cientos de miles de plantas de marihuana decomisadas, por lo que agilizar la eliminación de los alijos es clave.




La Subdelegación del Gobierno en Almería coordinó el año pasado la quema de 18 toneladas de estupeficantes en 16 operaciones, según datos de la Fiscalía Provincial. Además, se destruyeron otras diez toneladas de drogas más trasladadas fuera de la provincia por cuestiones logísticas. Son, en total, 8.000 kilos más que en 2018.




Acabar con los estupefacientes aprehendidos supone un importante esfuerzo de coordinación y seguridad. Las operaciones se mantienen en secreto y no se facilitan datos sobre los lugares donde se quema la mercancía. La custodia y el traslado cuentan con dispositivos policiales para evitar asaltos indeseados.




La eliminación está regulada por un acuerdo firmado por el Consejo General del Poder Judicial, la Fiscalía General del Estado, el Ministerio de Justicia, el Ministerio del Interior y la Agencia Española de Medicamentos.

El protocolo
Cuando se produce una operación antidrogas, la sustancia se pone a disposición del juzgado. Se toma una muestra para laboratorio, que permita identificar la toxicidad y el tipo de sustancia (a veces es muy importante para una posible condena) y el resto se almacena temporalmente para su liquidación.




En este sentido, la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece “la inmediata destrucción” de las sustancias tras la toma de las muestras para los informes de toxicología y marca un plazo máximo de un mes (salvo que el juez instructor dicte una resolución motivada para mantener el cargamento).




“Las incautaciones de plantaciones de marihuana ha supuesto la necesidad de custodia y destrucción de un gran volumen de materia vegetal. Aunque en años pasados se informaba de numerosos problemas derivados de tales aprehensiones, actualmente todos los operadores implicados en la destrucción de las sustancias hemos tratado de agilizar el procedimiento”, precisa Antidrogas.





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