“Cada día me paro frente al mar y doy gracias a Dios por vivir en España“

Elena Yaroslavtseva, encargada de Terrazas Almadrabillas, en Almería

Elena Yaroslavtseva, fotografiada delante de las Terrazas Almadrabillas, de la que es encargada
Elena Yaroslavtseva, fotografiada delante de las Terrazas Almadrabillas, de la que es encargada La Voz
Fina Martín
21:19 • 07 nov. 2020 / actualizado a las 21:27 • 07 nov. 2020

Elena Yaroslavtseva terminó sus estudios en Rusia y en 2003 puso rumbo a Almería buscando una oportunidad laboral. 



Cuando alguien se queja del trabajo se dice que afuera hace frío. ¿Usted vino del frío?



Yo vengo de una familia muy humilde de Dzerzhinsk, en Rusia. Mi madre me crió sola con dos hijos y mi abuela a su cargo. Puedo decir que he tenido una infancia muy difícil. De pequeña limpiaba portales con mi abuela y al día siguiente de terminar el bachillerato me puse a vender tomates y verdura en la puerta del mercado.



¿Pudo continuar con los estudios?



Sí, compaginaba mis estudios en la universidad dando clases en los colegios como maestra, informando a los alumnos sobre los principios del Derecho y la constitución rusa. Al mismo tiempo trabajaba en una fábrica de productos para limpieza.



¿Cómo decidió emigrar a Almería hace 17 años?



Al terminar mis estudios me di cuenta que mi carrera estaba poco valorada y los sueldos eran muy bajos. Entonces, mi mejor amiga, que vivía aquí con su marido, me dijo de quedarme con ellos hasta que encontrara un trabajo. Yo soy madrina de su hijo; eran mi familia, y me animó conocer un mundo donde tenía una oportunidad y una casa para quedarme.



¿Dónde aprendió español?

Empecé a aprender español en mi país, soy más de letras que de matemáticas y no me costó trabajo estudiar; me gusta estudiar.


¿En qué medio llegó a España?

Me vine en avión porque el barco tardaba mucho (se ríe).


¿Qué palabra del habla almeriense le llamó la atención?

Fue la expresión '¡Qué pasa!', al oírla, pregunté asustada, ¡¿qué ha pasado?!.


Raphael, muy conocido en Rusia, canta '¿Sabes qué pasa?, que nada pasa'.

Eso mismo me dijeron a mí: que no pasaba nada, que era una manera de saludar (se ríe).


¿Pasó mucho hasta encontrar trabajo?

Trabajé limpiando en una casa por la mañana y por la noche de camarera en el bar de música HeartBreak, en Aguadulce. Fue muy duro. Yo no bebo y tuve que aprenderme el nombre de todas las bebidas. Ahí estuve un año. Pude alquilar una casa y mi prima vino para cuidar de mi hijo.


No abandonó la hostelería.

Estuve seis años trabajando en el Museo Puertomaro, en Almería. Después me ofrecieron trabajar en las Terrazas Almadrabillas como encargada. Aquí llevo once años.


¿Es sacrificado el sector de la hostelería?

Es muy sacrificado, sí. Para camarero no puede valer cualquiera. Se necesita paciencia, educación y mucho esfuerzo por tu parte. No puedes tomarte un día festivo porque mientras la gente descansa tú trabajas. Yo que soy madre, veo a los niños disfrutando con sus padres y sus abuelos sabiendo que no puedo disfrutar con mi hijo en un día de fiesta.


¿De qué se quejan sus compañeros?

Alguna vez nos hemos quejado si alguien nos ha llamado '¡chist!, ¡oye!, ¡niño! ...' , para pedir la consumición. Menos mal que no siempre es así. Nos gustaría que nos trataran como a una vendedora de fruta, una cajera de supermercado o como a un empleado de un banco. A ellos no les dices: '¡tú, ven p'acá!'. Todos somos hermanos.


Las terrazas están junto al mar.

Sí, es una suerte. Hay gente que paga mucho dinero para pasar unas vacaciones viendo el mar, y yo lo veo todos los días. Antes de entrar, a las siete de la mañana, me paro frente al mar y doy las gracias a Dios por estar en España y por tener a los jefes que tengo, que son como una familia para mí.


¿Alguna vez ha pensado en volver a Rusia?

Quizá alguna vez porque echo de menos a mi familia, pero aquí puedo dar un futuro mejor a mi hijo.


Para Garri Kaspárov 'el triunfo solo llega con la lucha'. ¿Usted ya ha llegado a donde quería?

Yo diría que con lucha y con paciencia se logra todo. Es lo que enseño a mi hijo. A mí me gusta mi trabajo y sé que, como encargada, tengo que dar ejemplo a mis compañeros y no puedo faltar a mi puesto. Tengo mi pareja y vivo tranquila.


¿Cuál es la simbología de las muñecas rusas?

Una matrioshka es una imagen tradicional de mi país. Yo tengo una en mi casa debajo del televisor para no olvidarme de donde vengo.


¿Cómo se quitan el frío en su país?

¡Con sopa caliente! Al principio de estar aquí siempre me lo preguntaban, y luego mucho té, y si siguen teniendo frío se toman un chupitillo de vodka (se ríe).


Temas relacionados

para ti

en destaque