La Legión regresa de Líbano y cierra el relevo más largo en una misión exterior

Un acto en la base de Viator recibe a los militares liderados por el general Marcos Llago

Javier Pajarón
19:47 • 21 jul. 2020

Ocho meses después, el último grupo del contingente militar enviado a la misión de la ONU en Líbano aterrizó anoche en el Aeropuerto de Almería. El grupo encabezado por el general de brigada Marcos Llago Navarro cierra el relevo más largo de una unidad militar española en el exterior tras la irrupción del coronavirus y el bloqueo de los desplazamientos de tropas ordenado por la ONU hasta el 1 de julio.




Aunque una pequeña delegación de militares esperaba en la terminal del Aeropuerto de Almería a los 250 soldados, la mayoría miembros de la Brigada Rey Alfonso XIII de la Legión, el acto oficial de bienvenida se produjo en la base Álvarez de Sotomayor de Viator.




Allí esperaban al filo de la medianoche el jefe de la División Castillejos, el general de división Fernando García González-Valerio, el jefe accidental de la Brigada de La Legión, el coronel Francisco García-Almenta Alonso, representantes políticos y un grupo de familiares.




Estos últimos tienen hoy un papel protagonista en los homenajes y felicitaciones, ya que han sufrido la crisis del coronavirus con sus allegados desplegados en zona de operaciones dos meses más de lo previsto inicialmente.

Unidades



El contingente ha estado integrado por cerca de 600 hombres. La mayoría de este personal han sido legionarios pertenecientes al Cuartel General, Tercio Don Juan de Austria, Grupo de Artillería de Campaña, Bandera de Zapadores, Grupo Logístico y Bandera de Cuartel General. A este nutrido grupo se une personal de otras unidades como los de la Agrupación Apoyo Logístico número 21 y miembros de Operaciones Especiales.




La misión iniciada en agosto del año 2006 tiene como objetivo mantener la paz entre Líbano e Israel, divididos por una línea  fronteriza (realmente una línea de repliegue israelí) en constante tensión.




Sin embargo, desde el pasado mes de marzo la crisis del coronavirus cambió los planes y los soldados han tenido que compaginar las tareas de seguridad convencionales con proyectos humanitarios volcados en la contención de la pandemia. En este sentido, los legionarios de Almería y Ronda vuelven ahora a un mundo diferente, un mundo con mascarilla.




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