Tercera cuarentena de un almeriense en China: “Se necesitan medidas drásticas“

Alberto Miranda cuenta su experiencia desde un hotel de aislamiento en Shanghai

Alberto Miranda
Alberto Miranda La Voz
Javier Pajarón
15:45 • 22 mar. 2020

El almeriense Alberto Miranda permanece aislado en un hotel de Shanghai tras viajar desde España a mediados
del mes de marzo. Desde el estallido de la crisis del coronavirus a finales de 2019 ha cumplido tres cuarentenas
en China, Málaga y nuevamente en la ciudad de Shanghai, donde reside con su esposa y trabaja en el sector hotelero.



¿Qué hace en Shanghai?
Soy almeriense y trabajo para una multinacional alemana. Llevó seis años en China. Vivo con mi mujer, que es ciudadana china. Nuestra vida está aquí.

¿Cómo vivió el inicio de la crisis sanitaria del coronavirus?
En China pasó de la noche a la mañana. Al principio lo llamaban la neumonía de Wuhan. Empezó a finales de diciembre y los casos se extendieron en enero.  Todo el mundo regresaba a casa para el año nuevo chino. De repente el Gobierno decidió cerrar Wuhan y la provincia de Hubei. Cuando todo esto explotó nosotros estábamos en Shanghai. El Gobierno construyó tres hospitales en Wuhan, que han estado a toda capacidad, y en Shanghai empezaron otro, pero de forma preventiva, porque todavía no había muchos casos aquí.

Usted empezó una cuarentena voluntaria.
Aquí nunca ha habido una cuarentena forzada, pero no había nadie en las calles. Y esta situación se ha prolongado hasta hace muy poco. La sociedad china escucha lo que le dice el Gobierno. Si dicen que es mejor estar en casa, pues se quedan en casa. Son, en cierto modo, más ‘miedosos’,  más colectivistas.

Ustedes no tenían síntomas después de la cuarentena. ¿Cuándo deciden viajar a España?
Nos asustamos porque día a día había más casos, como la actual tendencia en España. Estábamos al final del crecimiento. A mi mujer le dieron visado y compramos los últimos billetes hacía Málaga, con escala en Moscú.

¿Cómo fue el viaje?

La experiencia fue mala. Íbamos vestidos de astronautas, como en los hospitales. En aquel momento, en el Aeropuerto de Shanghai tenías que llevar máscara y la gente se tomaba cierta distancia. En el aeropuerto vimos que había poca gente. Se cancelaron el 70 por ciento de los vuelos.

Entonces llegaron al Aeropuerto de Málaga. ¿Les realizaron controles al saber su origen?

Eso es lo más indignante de la situación. Ya en Málaga no había ningún tipo de control. De hecho, mi padre llamó al Centro de Epidemiología para saber cuál era el protocolo y le dijeron que si no teníamos síntomas podíamos hacer vida normal. Es increíble.

¿Y se fueron con sus familias?
No, no tuvimos contacto con nuestra familia. Nos dejaron un coche y una casa en Marbella. Hicimos otra cuarentena alló. Estuvimos 14 días y, al ver que no había problemas, nos fuimos a pasar unos días a Almería.

Luego regresaron de nuevo a China.
Mi mujer se marchó el 7 de marzo en el mismo vuelo y yo, después, tras pasar por Alemania. En Málaga ya había muy poca gente y se notaba el miedo. Lo indignante es que yo era la única persona en el vuelo que llevaba mascarilla. La gente me miraba y la persona que iba sentada a mi lado me dijo que era una gripe. En los países asiáticos se estaba dando mascarillas a la gente y la población tiene que saber que en España ha habido una falta de previsión. Se sabía que esto podía suceder desde enero y principios de febrero.

 ¿Cómo recibieron en China a un viajero procedente de España?
Al llegar a China hay muchísimos controles. El aeropuerto está tomado por personas como las que vemos en las UCIs en España, con mascarillas y trajes de protección. Hay unos procedimientos que diferencian a las personas dependiendo de dónde vengas, si tienes fiebre o tos. En el control de inmigración tienes que rellenar un formulario con el móvil. Declaras los países por los que has pasado en los últimos 14 días. Al haber estado en Alemania y España saltaron las alarmas. En Aduanas, me hicieron  un control de salud. No es un test de coronavirus, pero me miraron la temperatura y si podía respirar profundo. Entonces te ponen una etiqueta en el pasaporte como las luces de un semáforo.

Verde, amarillo y rojo.
Si te ponen la etiqueta verde tienes 14 días de cuarentena en casa. Si te ponen amarilla te hace un seguimiento del Gobierno en un centro. Y rojo es cuando tienes síntomas. A mí me pusieron la amarilla y por eso estoy en este hotel. Llevo seis días y espero acabar la cuarentena sin problemas el día 28 de marzo.

¿Qué diferencias ve entre las medidas de España y China?
Aquí el aislamiento se hizo de manera súbita, de un día para otro. En España no se hizo eso y era muy importante para pararlo. Cerraron Wuhan y, aunque no había cuarentena en el resto del país, todo el mundo le cogió mucho miedo. El Gobierno amplió los plazos de una semana a dos semanas y  a tres, pero los anuncios fueron rápidos.

¿Nos queda mucho tiempo?¿Qué diría a la gente en Almería?
Yo le diría a la gente que hay que mirar a los países que han tenido éxito. Y China no es el único. Hay que aguantar y tomar medidas drásticas. Esta es mi sexta semana  de cuarentena. La gente debe estar preparada para que esto dure mas de un mes. Aquí llevamos casi dos meses, unos 50 días de ventaja. A ver, sin tener todos los datos... creo que quedan unos diez días de pánico y luego un par de semanas de pasarlo mal. Luego se empezará a estabilizar si la gente se queda en casa. Esto no empieza bajar hasta a mediados de abril.



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