El yoga se cuela en El Acebuche y reúne a un centenar de internos

Los voluntarios imparten cada viernes una clase y pretenden llevarla a todos los módulos

Los internos de la prisión en la clase de yoga impartida por Olalla Martínez.
Los internos de la prisión en la clase de yoga impartida por Olalla Martínez.
María del Mar Ramos
12:24 • 21 dic. 2019

Desde hace un año y medio los internos del módulo 8 y el de mujeres de El Acebuche tienen una cita tan esperada como especial: su clase de yoga. Y ayer, los voluntarios de la asociación Yoga Raíz y el director del centro penitenciario quisieron abrirla a todos los reclusos y funcionarios del centro que quisieran sumarse a esta gran experiencia. En total, más de cien personas se unieron a la sesión dirigida por Olalla Martínez, profesora de esta disciplina, y que finalizó con una demostración de taichí impartida por un interno.



“El día a día en prisión es duro, son muchas horas en las que no se para de dar vueltas a la cabeza y el yoga ayuda a tener cierta introspección”, aseguró Olalla Martínez, quien quiso aprovechar estas fechas navideñas para acercar la disciplina y darle más visibilidad dentro de la prisión. 



Para la profesora, esta tradicional disciplina física y mental que se originó en la India probablemente no hubiese llegado a la vida los internos si no la hubiesen conocido en el centro. De hecho, algunos de los que comenzaron hace un año y medio y que hoy se encuentran en libertad se han convertido en “auténticos yoguis”. “Nos llegan cartas muy emotivas en las que nos cuentan la tranquilidad que les ha proporcionado practicar yoga en un momento tenso”, manifestó Martínez. 



Expandir el yoga



Uno de los principales objetivos del centro penitenciario, según Miguel Ángel de la Cruz, el director de la prisión, es ofertar posibilidades de desarrollo personal a los internos y el yoga “es esa disciplina que reporta un crecimiento personal a las personas impresionante”. Asimismo, el director de El Acebuche anunció que para el próximo año pretenden ser más ambiciosos y expandir esta práctica a otros módulos para que más personas “aprovechen sus grandes ventajas”.



Es frecuente que en el centro penitenciario de Almería se celebren este tipo de actividades ya que para de la Cruz “la prisión no es algo excluido de la sociedad, sino que forma parte de la misma”. Charlas de motivación, obras de teatro, deporte y bibliotecas repletas de obras literarias para sembrar cultura. Todo tiene cabida en esta prisión para quienes desean cambiar la perspectiva de sus vidas. “No me imagino desarrollar mi trabajo de director sin implicarme en estas causas”, confesó el director. 





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