“No hay nada como perder a un hijo, es lo peor que le puede pasar una madre”

Decenas de familias se reúnen en la capital para recordar la pérdida gestacional y neonatal

Suelta de globos en el Parque de las Familias.
Suelta de globos en el Parque de las Familias. La Voz
La Voz
13:47 • 13 oct. 2019 / actualizado a las 07:01 • 14 oct. 2019

Ángel, Rubén, Ana Patricia, Sandra, Sara o Martín... Si los nombres de los pequeños fallecidos antes de nacer o con escasas horas de vida han quedado recogidos en algún lugar ha sido en documentos en los que figuran sin apellidos. Son niños de nadie, que viven un olvido administrativo, pero, "de ningún modo", en el olvido de sus padres. Porque son Ángel Morales Ortiz, Rubén Guillén Gilabert, Ana Patricia Bravo Sánchez, Sandra Pastor Calatrava, Sara Serrano Pérez y Martín Paquetín.



Son hijos, aunque no estén presentes ya, de unos padres que han padecido la negativa de las administraciones a reconocerles su dolor y su duelo y la incomprensión de un tema que parece tabú. Incomprensión por parte de otros padres y de profesionales. Pero no de las matronas Pepi e Isa, quienes cansadas de ver como la muerte de un niño antes de nacer o con pocas horas de vida suponía condenar a este y a su familia a un olvido obligatorio.



Día del recuerdo



Olvido administrativo, porque no figura en ningún lado, y olvido emocional y social ante la incomprensión. "Nadie entiende lo que pasas, te piden que lo olvides, que pases página, pero tú sabes que era una vida que se ha perdido, antes de nacer o una vez que ha vivido, pero una vida que tú ya amabas", explica Valeria, una de las madres que hace cinco años perdió a su retoño y que vista la situación en la que se quedaba apostó por unirse a las matronas Pepi e Isa y crear el colectivo Alcora, que lucha por concienciar acerca de la pérdida gestacional y neonatal con este domingo declarado 'Día del Recuerdo' y cuya celebración acogió el Parque de las Familias de la capital para mostrar a estos pequeños "todo el amor que la caprichosa vida" no dejó a sus padres.






Porque aunque no estén, esos niños que se fueron, "esos bebés dormidos" a los que ahora mandan "mil besos al cielo", forman familia junto con sus padres y sus hermanos que sí están y que ayer quisieron rendir su particular homenaje escribiendo sus nombres en globos que volaron hacia el cielo con el único objetivo de que lo que un día fueron no se olvide nunca. "Eras mi gemelo y, auque no estés, sé que nos cuidas a mi hermana y a mí", leía entre lágrimas un menor que a los ocho días de nacer perdió a su hermano gemelo.



Del miedo al valor



Pero los momentos de tristeza y lágrimas por el recuerdo dejaron paso a la celebración. "Pasamos de la ignorancia y del miedo que sentimos por la pérdida a tener el valor suficiente para recordar a nuestros hijos. Porque no hay realidad más dura que ser una mamá con un trocito de tu corazón en el cielo. No importan las semanas de vida ni de gestación, somos padres y madres con el mismo dolor y queremos tener un duelo autorizado y válido para obtener la tranquilidad", expresó Valeria durante la lectura de un manifiesto en favor del reconocimiento de estos pequeños fallecidos. 





"Hay que acabar con este tabú", expresó una de las responsables del colectivo que, como apuntó Pepi, matrona del Hospital Universitario Torrecárdenas e impulsora de Alcora, ha conseguido que la muerte de un no nacido o de un recién nacido, "poco a poco" se convierta en un acontecimiento que afrontar y no que obviar. "Ahora las madres pueden llevarse a su casa una cajita con los recuerdos del niño, una foto o su huella. Porque es un miembro más de la familia, a pesar de haber fallecido, y tiene que ser recordado", apunta la matrona, quien asegura que, desde la perspectiva profesional, cada vez se actúa con mayor normalidad. "Es lo que necesitan estas familias, que bastante tienen con lo que les pasa como para condenarlas a no entenderlas u obligarlas a olvidar a sus hijos, porque son sus hijos", sentencia.


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