De los comercios 24 horas a las tiendas de barrio de alimentación

Estos negocios luchan por encontrar su espacio frente a las grandes superficies

Trabajadora junto a su negocio en El Zapillo.
Trabajadora junto a su negocio en El Zapillo. La Voz
Miguel Cano
07:00 • 04 ago. 2019

El negocio de la alimentación no pasa desapercibido en Almería. Los centros comerciales y supermercados batallan con los 24 horas y los comercios de barrio, a menudo unidos de la mano. Los modelos de negocio de estos actores son radicalmente distintos, por lo que sus estrategias también cambian.




Nueva Andalucía y El Zapillo cuentan con sus respectivos locales. El Carrefour cercano al Pabellón Rafael Florido y la Plaza de Día de la calle Bilbao son claros ejemplos de los primeros. Estos establecimientos son franquicias de marcas mayores que operan en otras ciudades e incluso países. En consecuencia, su supervivencia no depende únicamente de su asentamiento en estos barrios. Sin embargo, los segundos actores no cuentan con ese privilegio y suelen depender de un único o varios locales asentados en la capital. Por ello, abren sus puertas en horarios más extraños, y en los que raramente los centros comerciales abren. Los comercios de barrio son innegociables y por cualquier zona  hay uno. Luego llegaron los 24 horas. El crecimiento de estos establecimientos es todo un hecho y llama la atención. Desde 2015, el consistorio de la capital ha otorgado siete licencias de tiendas de 24 horas.

Negocio familiar



La familia Lázaro Jurado se ocupa de la Carrasquilla, un negocio regentado por esta familia desde hace cinco años. Con madre e hija como empleadas, este negocio responde al ideal de comercio tradicional de barrio. A esta tienda acuden personas de todas las edades y a horas donde los otros establecimientos suelen estar cerrados. Afincada en el barrio de Nueva Andalucía, dispone de un amplio catálogo de productos. De chucherías y pan pasando por regalos y prensa. No se puede catalogar por tanto como una tienda de comestibles.




La competencia con grandes superficies no deja lugar a dudas en su horario. De 9:00 a 15:00 y de 17:00 a 21:00 de lunes a domingo. Solo en los fines de semana de la época estival admiten mayor descanso, ya que cierran por las tardes. Su actividad económica se resiente en verano. La encargada explica que muchas personas se marchan en verano y el barrio se despuebla. Sin embargo, su cercanía al INEM en días laborables ayuda a la Carrasquilla en su día a día. Conscientes de las ofertas de las grandes superficies, el comercio intenta erigirse en un servicio con productos de primera calidad. El pan que madre e hija elaboran y los dulces caseros de la provincia que encargan son unos de sus caballos de batalla en esta estrategia. “Una de cal y otra de arena”, reconoce la hija en cuanto a la afluencia de público al local.




Cerca de la Carrasquilla, encontramos otro negocio local pero en este caso un 24 horas. Situado en una de las arterias de Almería, la Avenida del Mediterráneo, proporciona toda clase de productos. Tienda Comercio Mediterráneo 24 horas fue creada el verano pasado y cubre las necesidades básicas con un amplio catálogo. David y Rocío atienden a LA VOZ y  explican que no es un negocio tan sacrificado como nos podemos pensar. “Es un turno normal con horario normal”. “Nuestra tienda es un negocio de barrio  que abre 24 horas”, explica después.




Los encargados cuentan que son uno de los 24 horas más baratos de la capital. Los clientes también lo remarcan y seguidamente descubrimos una palmerita de grandes proporciones por un euro. “Nuestra tienda es un negocio de barrio  que abre 24 horas”, define después. Aún así, reconocen que los costes son mayores respecto al comercio tradicional de barrio. Además, trata de introducir medidas para fidelizar al cliente como la bollería de calidad o las cuatro atracciones en la entrada.

Comercio de barrio



A lo largo de El Zapillo se encuentran numerosas tiendas de barrio. Uno de estos es el Panecillo, un negocio de alimentación. A diferencia de Nueva Andalucía, el barrio sureño se llena en verano por lo que este tipo de negocios trabajan aún más a destajo en esta época. Todo el mundo puede necesitar una barra de pan o una botella de agua en cualquier momento. “Trabajamos más horas que un reloj” valoran sobre su jornada laboral. El horario es de 8:00 a 22:00 todos los días de la semana, si bien en verano descansan de 16:00 a 18:00.




Su padre admite que no poseen un amplio catálogo pero sus productos son de primera calidad. El precio también es atractivo. El Panecillo no puede competir de tú a tú con el contiguo Plaza de Día. No se trata de eso, explica José Luis, sino de buscar el hueco que no pueda cubrir tan bien la gran superficie. Un ejemplo de esto es el pan, “un pan que no te encuentras en otro sitio”. Reconoce también que este producto fideliza al cliente y es uno de los por los e El Panecillo sigue en funcionamiento.


Las tiendas de barrio y los 24 horas siguen buscando su hueco en el negocio de la alimentación y no han dicho todavía su última palabra.


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