“La Andalucía que se vende a día de hoy no es real, se ha mitificado”

Conocedor de Almería como pocos, Jesús Muñoz ama y defiende su tierra desde el activismo del movimiento regionalista. El presidente de Acción por Almería cree firmemente que la provincia debería de estar fuera de Andalucía no sólo por razones políticas y prácticas, sino por un convencimiento cultural e histórico.

Sin rodeos: ¿Almería es Andalucía?
Yo creo que no. Al menos, cultural e históricamente, estoy convencido de ello. A día de hoy pertenecemos a una unidad administrativa llamada Andalucía, eso es innegable. Pero si nos retrotraemos más allá de los 30 o 40 años es fácilmente demostrable que no.

¿Cómo se demuestra eso?
El concepto de la Andalucía que conocemos hoy parte de un nacionalismo del siglo XIX.  Es un movimiento que ha sido prorrogado incluso por el sistema educativo, que da por hecho que Andalucía ha estado ahí siempre. Es una región maravillosa, con una cultura y una historia muy rica, pero no es la que se vende a día de hoy, se ha mitificado.

¿Hay alguna posibilidad de gobierno que sea afín a vuestros intereses?
Sinceramente, no lo creo. A día de hoy no existe ningún partido que apueste por la autonomía almeriense. Nosotros instamos a todas las formaciones a que sean ellos los que cojan la bandera de Almería y luchen por ella.

¿Qué puede hacer Andalucía por Almería?
El problema de Andalucía es que es un territorio tan basto e inconexo, con intereses que, no sólo es que no sean comunes, sino que, en algunos casos, están enfrentados, que es francamente difícil de gobernar sin acabar beneficiando a unos o a otros.

¿Y hace algo?
Como todos los gobiernos, está claro que algo tiene que ir en la nómina, aunque sea poco y, en algunos, casos, no sea todo lo bueno y útil que debiera.

¿Que Almería sea una provincia autónoma, es una batalla que se puede ganar?
Es complicada pero, a nivel legal, es perfectamente plausible, porque la Constitución lo permite. Luego entrarían una serie de intereses políticos y que la ciudadanía lo solicitara. Es ahí donde está la labor del regionalismo, el hacerlo interesante y crear un caldo de cultivo para que la gente reclame una autonomía como se hacía hace 40 años.

¿El almeriense tiene poco amor por su tierra?
Sí, pero eso es algo que está cambiando. Creo que cada vez estamos más orgullosos de lo nuestro, aunque muchas veces no tengamos claro qué es “lo nuestro”. La famosa pasividad almeriense es más una inercia fruto del desconocimiento y de la falta de amor propio.