El Conservatorio de Almería busca a los músicos del futuro

El Real Conservatorio de Música de Almería anima a los almerienses para que soliciten su admisión para el próximo curso 2018/2019. El plazo de admisión de las solicitudes concluye el próximo lunes, último día de abril y la oferta educativa es lo suficientemente atractiva como para emprender esa aventura de sumergirse en el maravilloso mundo de la música.

El Conservatorio es el único centro público de la red que mantiene la Junta de Andalucía en la capital almeriense y se ha convertido en uno de los más grandes y veteranos de la región con más de 1.100 alumnos inscritos y alrededor de 90 profesores. El coste de los cursos es además de sólo 107 euros anuales, puesto que no se pagan mensualidades, para los alumnos de nuevo ingreso.

Plan formativo
Una de las ventajas del aprendizaje es que la atención al alumnado es individualizada; las clases colectivas no superan los 15 alumnos, excepto las grandes formaciones de coro y orquesta, donde cerca de 40 alumnas y alumnos aprenden juntos a hacer música, una experiencia enriquecedora. Las de instrumentos son de una hora u hora y media individual, en función del curso.

Al tratarse de un centro oficial de enseñanza se obtiene una titulación oficial al finalizar cada una de las etapas (básicas y profesionales). Y se prepara a los alumnos para aquellos que eligen continuar con las Enseñanzas Superiores de Música, para las que es imprescindible realizar una prueba de acceso muy competitiva.

Habilidades
La directora del Conservatorio, María del Mar Oyonarte, afirma que la formación que ofrece el centro es integral porque no solo tiene como meta dotar de los conocimientos específicos musicales, sino también desarrollar innumerables cualidades y potenciar las habilidades de cada persona a través de todas las asignaturas que componen el currículum oficial de este tipo de enseñanzas.

La música, una de las grandes artes, es también una herramienta para la formación completa de las personas. Aprender música es aliarse con la sensibilidad, ahondar en una faceta artística que alimenta el espíritu y mejora las capacidades de los alumnos. Finalmente, la capacidad de "hacer música" se convierte en un placer, una habilidad que se adentra en los más profundos sentimientos de los seres humanos.