“Los juzgados de Almería tienen números que meten miedo”

Entrevista con David Villagrá, nuevo juez decano de la capital

David Villagrá Alvarez, juez de Instancia y juez decano, en un momento de la entrevista
David Villagrá Alvarez, juez de Instancia y juez decano, en un momento de la entrevista Fran Muñoz
Antonia Sánchez Villanueva
09:28 • 22 abr. 2018

Este magistrado ovetense que ha pasado por juzgados de instrucción de Huércal Overa y El Ejido y fue instructor de un asunto de corrupción urbanística tan mediático como el caso Costurero, ejerce ahora en la jurisdicción civil (Instancia 3) y es desde hace dos meses el juez decano de la capital. Sobre su mesa de despacho, tres pantallas dan una pista: el suyo es un juzgado de papel cero, el primero en hacerlo en Almería. En su carrera como juez hay un paréntesis que dedicó a la gestión judicial en Asturias. 






Asistimos en estos días a movilizaciones de jueces y fiscales. ¿Qué está ocurriendo en la Justicia?



No es lo que esté ocurriendo ahora, es lo que viene ocurriendo desde hace mucho tiempo. Nunca se nos ha valorado hasta que no se nos ha necesitado, y ahora la gente va perdiendo el miedo. Siempre tenemos esa sensación de que nosotros no podemos protestar, y al final se nos está arrinconando en un despacho y nos están dando palos continuamente. Siempre se espera de los jueces una respuesta, pero si no te dan ni medios personales ni materiales, es complicado. Ahora por fin se han unido las cuatro asociaciones de jueces y fiscales, y a título individual uno 3.500, es una cifra muy importante.



¿Y qué piden?



Nada del otro mundo. Que la gente no piense que es simplemente una mejora económica. Una de nuestras máximas exigencias no tiene coste, que es la elección de los vocales en el Consejo General del Poder Judicial. Queremos elegir nosotros los doce de procedencia judicial. Creo que es una demanda perfectamente legítima. 



¿Hay demasiada resistencia política a que los jueces elijan a sus vocales?



Total, de hecho una de las últimas negociaciones del Pacto por la Justicia se ha roto precisamente por esto. ¿Por qué? ¿porque quieren seguir ellos designando a los vocales?  


Hay un sentir, quizá no generalizado, de que la Justicia está politizada, ¿lo está?

En los pueblos, en las capitales, en los juzgados, no está politizada. ¿Qué entendemos por politizada?...


¿Hay injerencias?

Injerencias yo creo que no, lo que pasa es que está la sombra de la duda de quién ha entrado en determinados tribunales, dígase Supremo, tribunales superiores o audiencias. Han entrado recientemente magistrados en el Tribunal Supremo que apenas suman diez años poniendo sentencias, siempre han estado en cargos muy importantes en un Ministerio, y en menos de dos años entran en el Supremo. Son las puertas giratorias. 


Hay entonces puertas giratorias en los altos estamentos de la Justicia. 

Por supuesto. La Justicia politizada en el sentido de que se dicte una resolución u otra, yo creo que no, la sombra de la duda está en esto.


¿Es difícil mantener la independencia, se dan presiones con frecuencia?

Yo no las he tenido, no puedo hablar por otros. Evidentemente te afecta a nivel personal lo que lees en la prensa, o ves en los telediarios, estamos en el mundo, pero a la hora de hacer el trabajo lo hacemos imparcialmente. 


¿Es difícil sustraerse a la presión mediática en un caso como el reciente de Gabriel?

Es inevitable que te afecte, a todo el mundo le ha llegado al corazón. Pero luego, a la hora de desarrollar nuestro trabajo, hay que hacer lo que se tiene que hacer. 


Lleva apenas dos meses como juez decano, ¿qué espera hacer en esta etapa?

Hay muchas cosas por hacer, unas exigen un cierto grado de inmediatez y otros pasos son a medio plazo. Con carácter inmediato acaba de entrar en funcionamiento el Contencioso cuatro, y en julio entra el Juzgado de Primera Instancia nueve. Pero un desafío importante es la implantación del expediente digital, eso va a cambiar la forma de trabajar radicalmente.


A la Justicia todavía le lastra el papel, cuando otras administraciones ya están digitalizadas ¿Por qué?

Al principio de la entrevista hablaba del abandono, porque hay que decirlo así, que hemos tenido durante muchos años. No se ha invertido en Justicia, a lo mejor porque no interesa o porque no era productivo. ¿Alguien se imagina a la Agencia Tributaria trabajando con papel? No, porque a lo mejor la Agencia Tributaria tiene una finalidad recaudatoria y la Justicia no. 


Su juzgado, sin embargo, es pionero y sí se ha conseguido.

Sí, aquí llevamos casi dos años. El papel que ves encima de la mesa son expedientes del año 2014.  Nosotros empezamos el 1 de enero de 2016 y desde abril ya no ha entrado un solo papel, salvo notificaciones. Evidentemente, para pasar al papel cero hace falta una inversión importante y a la Junta de Andalucía hay que reconocerle que ha invertido. Pero es que para eso asume las competencias. Si no la puedes desarrollar en condiciones, no las pidas. Es lo que está pasando en otras comunidades. 


En la era digital resulta chocante que haya juzgados que no estén compartiendo información, que una orden de búsqueda esté en el juzgado de arriba y la persona esté declarando en el juzgado de abajo y no se detecte.  ¿Tendrá solución?

A día de hoy tenemos los medios para que eso no pase. Uno de los problemas que ha generado que determinadas comunidades autónomas hayan asumido competencias es que tenemos ocho sistemas de gestión de expedientes judiciales diferentes, y muchas veces no son compatibles. En el Ministerio están gastándose muchísimo dinero en la interoperabilidad, pero es muy complicado porque unos sistemas están más desarrollados que otros. Pero de alguna manera hay que arreglarlo.


Con los nuevos juzgados que se ponen en marcha ¿cómo queda la Justicia en Almería?

Pues se queda igual o incluso peor, que parece mentira. 


¿Peor? Pues vaya paradoja.

La paradoja es con la entrada en funcionamiento del Instancia 9, que va a tener competencia exclusiva y excluyente en materia de condiciones generales de la contratación, esto significa que si yo he tenido en mi hipoteca una cláusula suelo y meto a partir del 1 de julio una demanda, la va a conocer el 9. Pero pasa que todas las demandas de ese tipo que se han interpuesto hasta ahora se las va a quedar el juzgado número 7, porque había un 7 bis pero ese bis va a desaparecer y va a quedar todo integrado en el 7, al que en el año 2017 le han entrado 5.000 demandas, cuando su módulo de entrada es 2.200. ¿Qué pasa? Que el 7 va a pedir una exención para compensar. ¿Y dónde va la carga de esa exención? Pues al 1, al 2, al 3, al 4...


¿Una exención?

Claro, lógicamente se le tienen que dar. ¿Por qué a un juzgado que funcionaba bien se le ha castigado con este tipo de materias? Yo entiendo que era imposible dar respuesta que solventase todos los problemas a nivel nacional, pero no nos han dejado adaptarnos a cada uno de los sitios. En Almería creo que este tipo de materias podríamos haberlas seguido repartiendo entre nosotros. Lo que me parece un disparate es que se cree un juzgado nuevo y va a significar un aumento de carga de trabajo de todos los demás. 


Sí, es una paradoja absoluta. 

Es difícilmente comprensible pero así lo vamos a tener a partir del 1 de julio si no se cambia la cosa. Aparte es un dislate que si yo ahora interpongo una demanda, previsiblemente la audiencia previa se vaya a conocer en el año 2020, pero si la interpongo el 1 de julio, con el nuevo, a lo mejor tengo la audiencia previa en octubre. ¿Por qué alguien que la interpone en abril se va a 2020 y alguien que la interponga el 2 de julio, en octubre? Me parece una injusticia.




¿La jurisdicción del Contencioso se queda bien con el nuevo juzgado, o tampoco?

Sí, la creación de nuevos juzgados siempre viene bien, pero el Contencioso a lo mejor necesitaba dos. Con la entrada del nuevo lo que han hecho inmediatamente es quitar el refuerzo que ha venido teniendo esa jurisdicción los últimos cuatro años con jueces de adscripción territorial. Entonces, ha entrado un nuevo juzgado, pero no creo que se venga a notar al final. Lo que interesa es recortar agenda porque una Justicia lenta no es Justicia. 


¿Qué jurisdicción acumula los mayores retrasos a día de hoy?

La verdad que está muy mal, no es que yo sea especialmente pesimista pero...  Contencioso, 2019; en Social, los despidos van señalándose a once meses; los penales van a un año casi todos; los instancia vamos a finales de 2019 casi todos, aunque no puedo generalizar… es que esto ha estado muy descuidado, a la provincia de Almería, en Justicia y en otras muchas cosas, no se le ha prestado la atención que merece. 


¿Esta es una provincia con mucha litigiosidad?

Esta provincia tiene muchísima litigiosidad, pero no solo la capital. El Ejido y Roquetas son juzgados que a nivel nacional son de lo peor por números. Después de muchos años se ha creado en Roquetas, Vera y El Ejido un nuevo juzgado en cada uno. Roquetas y El Ejido, con la creación el sexto ya tienen los requisitos para poder elevarse a categoría de magistrado, lo que puede incentivar la estabilidad de los jueces que allí prestan sus servicios, y esto es beneficioso. 


¿Cuál es su diagnóstico de por qué Almería ha estado descuidada?

No lo sé, pero es una realidad si nos comparamos con Granada o con Jaén. No lo voy a comparar con Sevilla o Málaga, claro, pero sí con algo similar a lo nuestro. Se ha invertido mucho menos aquí.  


¿Cuál sería un número de juzgados para llegar a lo óptimo?

Para empezar otro de familia ya, para tener dos. En instancia, mínimo otros dos. Social están con cuatro, por lo menos otro cincuenta por ciento. Penales, por lo menos uno especializado en ejecutorias. Y no estoy pidiendo ningún exceso, simplemente ver los números y los módulos del Consejo y los duplicamos, son unos números que meten miedo, pero en todas las jurisdicciones. Se salva muy poquito. 


¿Lo que hace falta son más jueces, más funcionarios o ambos?

Hacen falta las dos cosas, pero en el sitio adecuado. A lo mejor fuera de la capital urge más la creación de juzgados, como ha pasado en Vera, Roquetas, El Ejido. Aquí podríamos ir tirando, lo cual no significa que no hace falta juzgados, no me voya  contradecir, pero es verdad que como las oficinas son más grandes, pueden aguantar el trabajo de jueces de refuerzo. Pero un juzgado de pueblo no tiene capacidad para darle trabajo al juez, entonces estamos desperdiciando recursos. 


La nueva oficina judicial se pone en marcha ya en El Ejido, ¿qué espera de este nuevo tipo de organización?

La idea es buena, es verdad que todo cambio es traumático y hay que pensar que estamos cambiando la forma de trabajar en los juzgados de toda la vida. Al principio costará, seguro, pero yo creo que está bien a la hora de aprovechar los recursos.


La crisis ha afectado fundamentalmente a la jurisdicción de Instancia y Social, ¿no han remitido los efectos?

Sí han remitido, antes era muy significativo el número de concursos, ahora ya ha disminuido, eso es un buen dato. Despidos siguen entrando, y en instancia no ha disminuido el número pero ha cambiado el tipo de procedimientos. Durante la crisis entraban muchísimas reclamaciones de cantidad. Ahora están colapsados por las condiciones generales de la contratación. ¿Por qué  tanto? A lo mejor por una mala información o mal asesoramiento al ciudadano. 


¿Mal asesoramiento? ¿Por parte de quién?

Por parte de despachos de abogados. Se hace una publicidad de algo que luego no se va a conseguir. Eso de anunciar “lo ganamos seguro” me parece demasiado atrevido y que se está engañando al ciudadano. 


De todas maneras, en la mayor parte de los procedimientos se está condenando a los bancos. 

En las cláusulas suelo sí, pero, por ejemplo, se ha venido reclamando el impuesto de transmisiones patrimoniales, y el Supremo ha dicho que no, cuando los juzgados de primera instancia veníamos diciendo desde hacía muchísimo tiempo que no, y seguían interponiéndose demandas. Creo que hay despachos que se han especializado en este tipo de materias y tienen que mantener la infraestructura que han creado en base a cosas que luego el particular se lleva desengaños.


Hace unos años fue nombrado director general de Justicia en el Principado de Asturias, ¿qué significó esa etapa en su carrera?

Personalmente, un privilegio. Yo soy asturiano, y para mí trabajar por y para Asturias es un privilegio. Profesionalmente, muy gratificante, y me ha ayudado ahora en mi trabajo de juez a saber qué puedo y qué no puedo pedir.


Cuando se pasa al otro lado, ¿qué se ve que no se ve de este?

Se ve que tú manejas el presupuesto y, por tanto, tomas decisiones. Sirve para ver cómo funciona el otro lado, cómo se gestionan las cosas, y, si digo la verdad, la cantidad de gastos innecesarios e inútiles que se hacen desde la administración. 


¿Desde aquí lo ve también?

Desde aquí no porque desconozco el presupuesto que hay, en qué lo manejan y en qué se lo gastan. Es verdad como dije antes que en materia de medios materiales a la Junta de Andalucía no se le puede hacer un gran reproche porque están invirtiendo. En materia de medios personales, ahí sí que habría que apretar más las clavijas porque es inconcebible que un funcionario cause baja y hasta los tres meses no te viene otro. En un pueblo en que hay juzgados con cinco funcionarios, se va uno y se te está yendo el veinte por ciento. Desconozco si aquí hay gasto superfluo, no conozco el presupuesto. 


¿Está demasiado judicializada la vida política y pública española?

Se ha incentivado mucho la mediación durante los últimos años porque descargaría a los juzgados de trabajo, pero no está teniendo el fruto que se esperaba. 


¿La mediación no termina de arrancar?

No, no sé por qué. 


¿La gente prefiere un pleito?

No creo que a la gente le guste un pleito, no es agradable venir a un juzgado, es el último extremo, pero no hay cultura de que alguien que no sea un juez vaya a decidir por ti. Es falta de cultura de mediación. Esto no significa que no haya profesionales que se han formado en materia de mediación que son fabulosos.


Como juez instructor ha llevado casos mediáticos como el Costurero y ha estado en el juzgado que instruyó el caso Poniente.

En el caso Poniente yo reforcé el juzgado, pero no intervine en él. 


¿Son razonables instrucciones tan dilatadas en el tiempo?

No, evidentemente una instrucción tan dilatada no es recomendable nunca. Han modificado la Ley para que la instrucción se acorte a seis meses y en causas de especial complejidad hasta 18 meses, pero esto suena a chiste. ¿El remedio es acortar los plazos? No, dame medios.


El caso Costurero sí lo conoció bien. 

Yo no lo empecé, ni acordé entradas y registros ni las intervenciones telefónicas, llevaba casi un año rodando cuando yo llegué al juzgado, llegué en el año 2008 y esto empezó en el año 2007. Es un ejemplo de cómo un juzgado pequeño no tiene medios para llevar eso, lo tenía que haber llevado aquí en Almería un juzgado de instrucción con medios personales suficientes.


Por lo que vio en ese caso y lo que vio en la zona del Almanzora, ¿ha estado muy extendida en Almería este tipo de tramas relacionadas con la corrupción urbanística?

Es que en el momento en que le han dado competencias urbanísticas a los ayuntamientos…. Claro, no se puede generalizar. A lo mejor el Seprona denunciaba a unos señores de nacionalidad inglesa que habían comprado una casas y venían de buena fe, pero el Código Penal es el Código Penal. Y luego había promociones de 80 ó 100 viviendas en parajes de especial protección, en ramblas... En el caso Costurero se ve la evolución, cómo los dirigentes van cambiando su modus operandi a la hora de dar licencias, si el secretario del Ayuntamiento les dice que no, entonces sin informe del secretario, si su técnico informa que no, pues quitan al técnico. Incluso llegan a no dar licencias, pasaba el plazo  y entendían que era por silencio administrativo. 


En la macrocausa no, pero en algunas de las causas pequeñas del mismo caso han sido absueltos los principales acusados. 

Y se han librado porque en las causas pequeñas los juzgados no tenían conocimiento de todo el mecanismo. Si hubieses sido al revés, primero el Costurero y luego las otras, posiblemente otro gallo hubiese cantado. Y, además, a expensas del Tribunal Supremo. Es mi impresión como instructor y de un caso que ya está enjuiciado. 


¿Fue un asunto difícil de llevar?

Muy desagradable, porque fue un juzgado que no teníamos medios para pelearnos con todos los ayuntamientos de la zona, porque prácticamente estaban todos los ayuntamientos.



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