El instructor frena la incineración por la posible necesidad de nuevas pruebas

El magistrado Rafael Soriano, titular del Juzgado de Instrucción número Cinco de Almería, frenó la incineración de los restos mortales del pequeño Gabriel Cruz Ramírez, según confirmó el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
Se trata de una medida preventiva, muy común en procesos judiciales complejos. El magistrado, con una enorme experiencia como instructor, mantiene abierta la posibilidad de recoger nuevas pruebas forenses y vestigios en el futuro, si la investigación considerara necesaria la realización de nuevas pruebas. De este modo, el cuerpo del pequeño Gabriel Cruz Ramírez, de ocho años de edad, recibió sepultura en la pedanía de Fernán Pérez (Comarca de Níjar) la tarde de este martes. 

Los primeros pasos de la instrucción son claves para el futuro juicio. La recopilación de pruebas de cargo, la elaboración de los informes periciales y las declaraciones de implicados y testigos construyen el sustento del proceso judicial, de las acusaciones y del futuro fallo de la Audiencia Provincial de Almería.

Consciente de este elemento, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil ha trabajado de forma minuciosa para entregar al juez instructor unas diligencias cargadas de pruebas de cargo. Los agentes no querían dejar cabos sueltos. Si bien la confesión de Ana Julia Quezada allana el camino para el proceso judicial, existen pequeños detalles que pueden variar sustancialmente la petición de pena de prisión y una hipotética condena. A saber, se estudia si el niño subió voluntariamente al coche, si existió un plan premeditada para su secuestro y muerte y si los hechos encajan con la tipología de asesinato u homicidio, con sus distintas circunstancias agravantes.

Ana Julia Quezada de 43 años de edad deberá prestar declaración en el Juzgado de Instrucción número Cinco de Almería a primera hora de la mañana del miércoles. Se espera su traslado al centro penitenciario de El Acebuche por la tarde.

Ya se han tomado las correspondientes medidas de seguridad para sus traslados y comparecencia, especialmente tras la manifestación espontánea realizada el pasado domingo a las puertas de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería y los disturbios registrados la tarde del lunes en la Puebla de Vícar durante el registro del inmueble de la autora confesa del crimen (varias personas intentaron agredirla a la salida del bloque).