78 polizones se cuelan en los barcos de Marruecos en solo cuatro meses

La detección de polizones aumenta un 10 por ciento y revela un `agujero de seguridad` en Nador

Dos jóvenes observan el desembarco de un ferry desde la valla del Puerto de Almería, que los polizones saltan a la carrera para huir.
Dos jóvenes observan el desembarco de un ferry desde la valla del Puerto de Almería, que los polizones saltan a la carrera para huir.
Javier Pajarón
20:45 • 28 may. 2017

Escondido en un pequeño hueco abierto bajo los asientos traseros de un turismo sin apenas oxígeno.  Oculto en el motor de un camión, atrapado entre las piezas grasientas, los cables y las válvulas. Refugiado entre la carga de cajas de frutas y hortalizas de un remolque. Infiltrado entre el pasaje del ferry, como un viajero común a la espera de una oportunidad en el paso fronterizo.




La vida del polizón es un relato de picaresca e imaginación y, sobre todo, la historia del riesgo que corren muchos inmigrantes irregulares para cruzar el Mar de Alborán en los buques comerciales entre Nador y Almería.




La lista de polizones detectados en el ferry crece cada semana. En los primeros cuatro meses y medio de 2017, la Brigada de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional ha detectado 78 polizones ocultos en los barcos procedentes de Marruecos.




La cifra supone un crecimiento del 10 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado y, más importante, muestra un importante ‘agujero de seguridad’ en los controles de acceso de personas y vehículos en el Puerto de Nador.




Todos los polizones son jóvenes de origen marroquí (15 arrestados eran menores de edad) y todos acabaron de nuevo en Marruecos gracias a los acuerdos bilaterales para la repatriación de inmigrantes irregulares.




Se trata de una vía de entrada en Europa alternativa a las tradicionales pateras. Desde hace más de un lustro los súbditos marroquíes desterraron la posibilidad de viajar en embarcaciones clandestinas. Eran sumamente peligrosas y la implantación del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) hacía imposible la llegada a tierra. Cuando Salvamento Marítimo rescataba los botes, ya sabían que su regreso a Marruecos era cuestión de unos pocos días.




Riesgos
Por eso buscaron soluciones diferentes, aunque no exentas de peligros. Se han registrado casos de muertes por asfixia y también ahogamientos de jóvenes que saltaron desde el ferry antes de atracar en el Puerto de Almería.




La pasada semana  agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional salvaron a dos chicos de ahogarse en unos tubos anegados del Muelle de Pechina, en el Puerto de Almería. Se lanzaron al mar, pero no pudieron alcanzar la playa a nado.


Por otra parte, muchos optan por bajar a pie a la dársena y luego emprender la huida a la carrera. La zona internacional está acotada por una valla de unos tres metros de altura, pero algo de pericia y agilidad ha permitido las fugas. Esto provoca una situación de inseguridad, con agentes de la Policía Portuaria, la Policía Nacional y la Guardia Civil persiguiendo a jóvenes marroquíes por una infracción a la Ley de Extranjería... ni siquiera un delito.



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