Dormir mal favorece la obesidad, la diabetes y problemas de corazón

Expertos en trastornos del sueño han solicitado, por salud pública, el adelanto del prime time televisivo

Los neurofisiólogos Paloma Villalobos López, Pablo Quiroga y Carmen Martínez.
Los neurofisiólogos Paloma Villalobos López, Pablo Quiroga y Carmen Martínez.
María Medina
21:07 • 15 ene. 2017

Empieza el año y con él los buenos propósitos: dejar de fumar, hacer ejercicio físico de forma regular o mejorar la alimentación. Pocos hablan de dormir más y mejor cuando sus beneficios son fundamentales para la salud. Tanto es así que la Sociedad Española del Sueño, que aglutina a médicos especializados en trastornos de este tipo, reclaman la necesidad de adelantar el horario de máxima audiencia de las televisiones. Y lo exigen “por salud pública”.




España e Italia son los dos únicos países de la Unión Europea en los que el prime time televisivo se sitúa a altas horas de la noche. Algo que no se entiende cuando lo “saludable” se está poniendo tan de moda.




Una mala higiene del sueño está relacionada con mayor riesgo de obesidad, más probabilidades de padecer diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares y accidentes. Al contrario, dormir bien (ni mucho ni poco) favorece la memoria, la concentración y la creatividad, además de la regeneración muscular y de tejidos.




Para qué sirve el sueño
La neurofisióloga Paloma Villalobos López, que trabaja en la Clínica Neurodem, además de en el  Hospital Torrecárdenas, explica cómo durante muchos años se ha buscado respuesta a la pregunta de para qué sirve el sueño. Hoy, con los resultados científicos en la mano, se sabe que para afianzar la memoria, eliminar “deshechos” como el rastro que podrían dejar enfermedades como el Alzheimer, y regenerar tejidos y musculatura, entre otras ventajas como la liberación de determinadas hormonas como la del crecimiento, por ejemplo.




Aún así, la sociedad sigue manteniendo vigentes conceptos como que “dormir es una pérdida de tiempo”. Parece que hay que arañar horas de vida al sueño y “es justo al revés”, dice esta especialista.




Cerebro saludable
Dormir bien es una fórmula más que comprobada científicamente para “mantener un cerebro saludable, incluso en la vejez”, dice el neurólogo y neurofisiólogo clínico Pablo Quiroga Subirana. Este especialista, que ejerce en el Hospital Mediterráneo, insiste en que cuando se duerme poco y mal, ya sea por estrés, trabajo por turnos o ansiedad, el cerebro “responde mal” y conlleva problemas de concentración, falta de memoria, irritabilidad y alteraciones del estado de ánimo, además de ser factor de riesgo para patologías graves y que pueden comprometer la vida.




Unos problemas que se acentúan en el caso de pacientes con enfermedades crónicas. “Una mala higiene del sueño entre estos pacientes puede suponer una descompensación importante de las enfermedades habituales”, aclara.




Cada persona es diferente
Las recomendaciones para mejorar la higiene del sueño (conjunto de medidas ambientales y de conducta dirigidas a promover un sueño saludable) no pueden ser estrictas ni generalizadas. Estos consejos variarán con la edad y también dependen del ritmo de vida de cada persona, reconoce la neurofisióloga del Hospital Virgen del Mar, Carmen Martínez Aparicio.


Aún así, esta especialista, al igual que sus colegas, tiene claro que lo primero que conviene adoptar para lograr un sueño reparador es una buena rutina de hábitos. Horarios, alimentación y ejercicio físico adecuados están detrás de un sueño saludable.


Sin ruido y sin luces
Un horario fijo tanto para acostarse como para levantarse (incluidos los fines de semana) es un buen comienzo para lograr una correcta higiene del sueño. Además, conviene acostarse una o dos horas después de comer, conviene hacer ejercicio de forma regular (no justo antes de irse a dormir) y logar un ambiente adecuado en el dormitorio (sin luces,  sin ruidos y a una temperatura entre los 18ºC y los 21ºC).


Adaptar las horas de sueño a la actividad diaria y a la edad de cada individuo es también fundamental, recuerda Martínez Aparicio que señala cómo las horas recomendadas de sueño no son, ni de lejos parecidas, entre los bebés lactantes y las personas de edad avanzada. Los primeros necesitan más de doce horas de sueño y los últimos, de 7 a 8 horas.


Además, los ciclos de sueño son también diferentes. Por eso, quienes tengan problemas para dormir adecuadamente, deberían acudir a un especialista para conocer cómo mejorar su sueño y, con él, su salud. Junto a neurólogo y neurofisiólogos, los médicos de familia tienen un papel fundamental puesto que son los que, de primeras, más problemas pueden detectar.



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