- David Jiménez Pinardo
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- 22.04.2018
Meses llevamos en los que no hay un día cuyo titular no sea una noticia sobre el desafío independentista en Cataluña. Un espacio informativo que hasta entonces estaba copado por un escándalo de corrupción allá, un suceso acá y unas declaraciones del político territorial de turno en el otro lado. Cada uno en un punto de la geografía nacional. En resumidas cuentas, entre la independencia de Cataluña, los desvaríos de Donald Trump y el máster de Cifuentes he empezado a preguntarme si ahí fuera sigue existiendo algo llamado Galicia, Extremadura o Murcia. Parecen ser como esos billetes de 500 euros, a los que ni se los ve, y ya casi ni se les espera. Tan solo algunos periódicos regionales, entre los que por fortuna se encuentra este, muestran más información de interés para el ciudadano sobre lo que ocurre en su comunidad. Y es que hasta el PNV, que tan ocupado está en conseguir su minuto de protagonismo en los medios con su tira y afloja en los presupuestos generales, tiene cada vez más complicado demostrar a su electorado que ahí siguen. Que no se han exiliado ni a Suiza ni a Bélgica con sus compañeros ideológicos Puigdemont y compañía. En resumen, que no salen en la foto. Por eso mismo en el PNV han empezado a odiar a los independentistas catalanes.