El exceso de morbo en sucesos trágicos parece ser un problema global

  • César Climent Andrés
  • 12.03.2018

El exceso de morbo en sucesos trágicos parece ser un problema global. La competencia entre medios, la orientación al reality show, las redes sociales. El primer caso que me alertó al respecto fueron las fotos de cadáveres en París. Interesante tanto quien realiza la foto, como su propagación. Donde está el límite, aporta algo, es ego, una muleta para mostrarnos… o solo que somos humanos. ¿Dónde acaba la información y empieza el morbo, dañamos a las víctimas? Puede servir de concienciación o escarnio público, pero ¿siempre y quien lo decide? Quizás algo natural que debido al incremento de información se ha descontrolado. Ahora vuelvo a tener la misma sensación respecto el asesinato de Níjar, pero no por algo escabroso. Por whatsapp han pasado una grabación de voz en donde un, al parecer, profesional implicado en la investigación, narraba la detención en primera persona. El comienzo es definitorio: “hola amigos ahora que es público ya os puedo contar…”. Me recuerda a esos personajes de taberna, narradores entre carajillos. Se dirige a sus amigos como Apóstol de algo valioso en lo que él es importante por participar, para en su generosidad regalar a sus acólitos lo que sabe. Además no es testigo casual si no un profesional dedicado a ello. En este sentido “se autojustifica de que ya puede contar”. No deberse al secreto profesional no implica que por ética uno pueda decir lo que le venga en gana, por mucho que amigos te pregunten, menos a través de una grabación de voz que circulará sin control ni criterio. ¿Pensamos si a las victimas les gusta que se hable a este nivel? Si no lo hacemos, en quien pensamos cuando lo hacemos…. ¿No será que pensamos en nosotros mismos? La propia madre ha dado una lección, pidiendo que cese el odio y la propagación de información.