Las aguas residuales de Almería riegan ya casi 3.200 hectáreas

Los agricultores piden que el sistema se extienda a toda la provincia

Estación de aguas residuales de El Bobar en el municipio de Almería
Estación de aguas residuales de El Bobar en el municipio de Almería La Voz
Antonio Fernández
07:00 • 02 may. 2019

Frente a la creencia general de que el agua que se utiliza para el abastecimiento urbano se detrae del volumen de recursos que se pueden destinar a la agricultura, Almería se ha convertido en el mejor ejemplo posible de que esto no es una cuestión de matemáticas.



La gestión de las aguas residuales ha conseguido dar una ‘segunda vida’ a esas aguas, vía depuración y posterior tratamiento para la regeneración que permite que las aguas que desechan los almerienses pueda ser utilizada en la agricultura con garantías sanitarias más que suficientes.



Segundo uso
Los datos de aprovechamiento permiten despejar dudas y es que de los alrededor de 16 hectómetros cúbicos que consumen Almería y su área metropolitana, habitada por alrededor de 200.000 personas, casi el noventa por ciento, 14 hectómetros cúbicos, son recuperados y, adecuadamente tratados, permiten facilitar el riego a 3.200 hectáreas de cultivos en la Vega de Almería y en la del Bajo Andarax



Déficit hídrico
El proceso de regeneración ha permitido que una zona agrícola claramente deficitaria en recursos hídricos experimentara un avance significativo gracias a esos recursos. Más allá de la mera depuración de las aguas residuales, el programa de recuperación, que se inició con una planta de ozonización y que en la actualidad utiliza el microfiltrado, hace posible que esas aguas residuales se hayan convertido en opción de futuro para los agricultores de la Vega.



Extensión 
La recuperación de ese volumen de agua es, para la Federación de Regantes de Almería, un ejemplo de las posibilidades de conseguir nuevos aportes de agua para los regadíos y una fórmula para reducir el acusado déficit hídrico que arrastra la provincia desde hace años.



Sus cálculos le llevan a afirmar que si a los procesos de depuración se suman los de regeneración de las aguas para hacer viable su utilización en todo tipo de regadíos, la provincia podría contar con un cupo ‘extra’ de agua que estaría en torno a los 50 hectómetros cúbicos, suficiente para abastecer a alrededor de 10.000 hectáreas de cultivos bajo plástico, los más abundantes en la provincia y los que generan más del 90 por ciento de la renta agraria.



Las bondades de este método de aprovechamiento cumplen con el objetivo que se han propuesto los agricultores de aprovechar “hasta la última gota de agua” y, de paso, obtener una seguridad de suministro de la que ahora no disponen a causa de la disminución de lluvias provocada por el cambio climático.




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