Cuatro formas muy distintas de entender el modelo agrícola

El agua, la comercialización y la renta del agricultor, en primer plano

Foto de familia de los participantes en la novena entrega de Agroateneo.
Foto de familia de los participantes en la novena entrega de Agroateneo. La Voz
Jacinto Castillo
13:20 • 26 abr. 2019 / actualizado a las 13:23 • 26 abr. 2019

En lo más crudo de la campaña electoral Agroateneo celebró su noveno coloquio poniendo sobre la mesa las visiones diferentes del modelo agrícola de los cuatro partidos políticos más importantes. Con más divergencias que coincidencias, el coloquio se desarrolló de manera bastante fluida, poniendo en evidencia la extensa lista de inquietudes que despierta la actividad agrícola bajo plástico en Almería y en todo el sureste español en general, con algunos temas destacados como el agua y la comercialización. 



El primero de ellos abre mayores distancias entre las distintas fuerzas políticas que el segundo, en el que se aprecia una mayor sintonía.  La cita fue el pasado miércoles, cumpliendo una entrega más del programa organizado por La Voz de Almería, Cadena SER y Agricultura 2000, con el patrocinio de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE) y tuvo como escenario el Centro Universitario Analítico Municipal de el Ejido (CUAM), entidad colaboradora junto con Tecnova.



En esta ocasión participaron Adoración Blánquez, presidenta de AMFAR, en representación del Partido Popular; Salvador Castillo, de la comercialización de insumos, por Ciudadanos; José Antonio Salinas, catedrático de la UAL, Partido Socialista Obrero Español y José García, portavoz del Sindicato Andaluz de Trabajadores, por Unidas Podemos.



De partida esta entrega de Agroateneo solicitó  a los partidos políticos representantes especilizados en agricultura que no fuesen candidatos ni ostentasen cargos públicos en la actualidad. 



Visiones Los cuatro intervinientes expusieron la visión particular del modelo agrícola almeriense, coincidiendo la mayoría de ellos en el papel histórico que ha desempeñado en el desarrollo de la provincia. A partir de dicha apreciación general surgieron diferentes enfoques que orientaron al debate hacia los temas en los que existen mayores divergencias.



Adoración Blánquez recordó en las diferencias de la agricultura intensiva frente a la del interior de la provincia, argumentando que el dinamismo de la primera necesita respuestas a su altura por parte de la Administración. Eso sí, insistiendo también en el apoyo que precisa la agricultura extensiva por el decisivo papel que desempeña en la ordenación. 



Blánquez subrayó la gran dimensión alcanzada por el modelo almeriense, señalando líneas de mejora como son la comercialización, la modernización de estructuras y el impulso del relevo generacional, si olvidar la necesidad de “una agricultura limpia y saludable”.



Salvador Castillo  habló de “abandono” y de “dejación de funciones” de las instituciones gobernadas por el PP y el PSOE respecto a un modelo agrícola “dejando todo en manos de la comercialización”.  En su opinión, esa dejación se manifiesta en carencia de infraestructuras y en la desatención hacia los agricultores que se enfrentan a una situación adversa en términos de rentabilidad.


José Antonio Salinas  partió de una definición de este modelo  productivo que llevó a Almería “desde el último puesto de España al primero de Europa en materia agrícola”.  A partir de esta afirmación Salinas describió de un modelo que se asienta en una serie de pilares relacionados que conforman un sistema dinámico, de manera que “si uno de ellos falla el modelo presentaría un grado preocupante de inestabilidad”.  Entre los pilares esenciales, Salinas citó el carácter familiar del modelo, señalando también el  “papel central que ejerce el grado de asociacionismo en comercialización y producción”.


José García  valoró el surgimiento del fenómeno de la agricultura intensiva, señalando que “este modelo se ha desvirtuado”, subrayando e hecho de que “seis empresas controlan el mercado de productos para la agricultura y otras seis manejan el de la comercialización”. García presentó la situación de los agricultores que se enfrentan a unos costes crecientes “sin que existan respuestas” a este problema,  que se deriva, en su opinión de políticas neoliberales, “fundamentalmente del  PP.  También puso el foco en los problemas de índole social, denunciando que los bajos precios que recibe el agricultor acaban siendo soportados, en su opinión, por los trabajadores en los invernaderos, cuyos derechos laborales consideró quebrantados en materia salarial, apuntando también problemas de este tipo en el manipulado. Habló, así mismo, de pobreza y paro en medio del modelo.   


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