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Salud

La rehabilitación intensiva tras un ictus: clave para la recuperación y calidad de vida

La Clínica Neurodem, centro de referencia en el cuidado neurológico, aboga por la prevención

Pacientes en tratamiento de neurorrehabilitación, en la Clínica Neurodem.

Pacientes en tratamiento de neurorrehabilitación, en la Clínica Neurodem.La Voz.

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El ictus, conocido también como accidente cerebrovascular (ACV), es una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial. Este tipo de evento ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro, lo que puede ocasionar la muerte de las neuronas en cuestión de minutos. Las consecuencias pueden variar desde problemas de movilidad, hasta dificultades para hablar, comprender o realizar tareas cotidianas. Sin embargo, gracias a los avances en neurociencia y en técnicas de rehabilitación, hoy se sabe que la recuperación es posible y depende en gran medida de la calidad y rapidez de la rehabilitación intensiva.

¿Por qué es crucial la rehabilitación intensiva?

La rehabilitación intensiva tras un ictus es fundamental porque el cerebro, aunque sufre un daño considerable, tiene una sorprendente capacidad de reorganización llamada neuroplasticidad. Durante la fase de rehabilitación, el cerebro intenta adaptarse y crear nuevas conexiones neuronales para compensar las áreas afectadas. Esta capacidad es mayor en las primeras semanas y meses posteriores al ictus, lo que significa que cuanto antes se inicie la rehabilitación, mayores son las posibilidades de recuperación.

Además, la intensidad de los ejercicios y terapias realizadas también juega un papel esencial. Está comprobado que el esfuerzo constante y el estímulo repetitivo aumentan la respuesta del cerebro, mejorando progresivamente la movilidad, la fuerza y la coordinación en los pacientes. El enfoque intensivo permite trabajar de forma continua en la reeducación de las habilidades motoras y cognitivas, algo que un tratamiento esporádico no conseguiría con la misma efectividad.

Áreas de intervención en la rehabilitación intensiva

La rehabilitación tras un ictus es un proceso multidisciplinario que incluye a fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, neurólogos, psicólogos y logopedas, entre otros. Cada profesional contribuye a recuperar diferentes aspectos que pueden verse afectados:

1. Movilidad y fuerza: Los fisioterapeutas trabajan en ejercicios para recuperar fuerza y movilidad, lo cual es crucial para que el paciente recupere la autonomía en sus movimientos básicos y complejos.

2. Lenguaje y comunicación: Los logopedas ayudan a aquellos pacientes que presentan dificultades para hablar o comprender el lenguaje, a través de ejercicios de repetición, práctica de palabras y frases, y técnicas que estimulan las zonas cerebrales involucradas.

3. Habilidades cognitivas: El ictus puede afectar la memoria, la concentración y el pensamiento lógico. Los psicólogos y terapeutas ocupacionales implementan ejercicios para fortalecer estas habilidades, permitiendo al paciente retomar poco a poco su vida cotidiana.

4. Aspecto emocional: Es común que los pacientes experimenten ansiedad, depresión o frustración debido a la pérdida temporal o permanente de ciertas habilidades. La intervención psicológica intensiva ayuda a manejar estos sentimientos y mejorar la calidad de vida del paciente, evitando que el estado emocional afecte su proceso de recuperación.

Beneficios a largo plazo de la rehabilitación intensiva

Estudios recientes muestran que la rehabilitación intensiva tras un ictus mejora notablemente los resultados a largo plazo. Pacientes que siguen programas de rehabilitación intensivos y continuados no solo logran mayor autonomía, sino que presentan menos complicaciones relacionadas con la movilidad, como caídas o lesiones secundarias. Además, al trabajar sobre las funciones cognitivas y emocionales, se observa una mejora en su autoestima y bienestar general, que les permite reintegrarse mejor a sus actividades sociales y familiares.

A nivel económico y social, la rehabilitación intensiva también supone una inversión a largo plazo, ya que reduce la carga en los sistemas de salud y mejora la calidad de vida de los pacientes y sus familias. Menos dependencia de terceros y de dispositivos asistenciales significa también menos costos y, a menudo, una mayor esperanza de vida saludable.

En resumen, la rehabilitación intensiva tras un ictus no es solo una opción, sino una necesidad para aquellos que buscan mejorar su calidad de vida y su autonomía. Cuanto antes y con mayor constancia se inicien los programas de rehabilitación, mayores serán las probabilidades de que los pacientes logren una recuperación significativa, recuperen su independencia y disfruten de una vida plena y activa.

La rehabilitación es, en última instancia, una herramienta poderosa que no solo ayuda a recuperar habilidades físicas y mentales, sino que también brinda esperanza y oportunidades para empezar de nuevo.

El enfoque intensivo permite trabajar de forma continua en la reeducación de las habilidades motoras y cognitivas.

El enfoque intensivo permite trabajar de forma continua en la reeducación de las habilidades motoras y cognitivas.La Voz.

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