Alipori Express

Si en Almería hubiésemos dedicado más energías a exigir, presionar o bordear el código penal para tener unas comunicaciones decentes y menos interés a buscar culpables de esta carencia en los partidos rivales, créanme que nos habría ido mucho mejor. Pero aunque nuestra realidad infraestructural sea muy parecida a la que teníamos mucho tiempo atrás, no podemos retrasar el reloj para corregir errores, insuflar ardiles o perder el pánico escénico a las cúpulas de los partidos. Y creo que lo peor no es que estemos ahora prácticamente en el mismo estado que estábamos hace unos años, sino que las perspectivas apuntan a un “más de lo mismo” que deja nuestro ánimo a la intemperie de una política que se empeña en seguir buscando responsabilidades antes que soluciones. Y lo malo es que algunos no terminan de entender esto. Ante la cada vez más clara evidencia de que el actual gobierno socialista no podrá cumplir su reiterada promesa de hacer llegar el AVE a Almería en 2026 -lo que se sumaría al incumplimiento de su también solemne promesa de hacerlo llegar en 2023- los cargos del PSOE de Almería han disparado un castillo de fuegos artificiales para acusar a una sorprendida Junta de Andalucía de romper su compromiso con el soterramiento ¿? aferrándose a un fleco de la negociación de la financiación, tratando de encontrar ahí la percha en la que poder colgar el más que probable pinchazo de su promesa de alta velocidad para Almería dentro de tres años. Es urgente, como ha dicho la alcaldesa, María del Mar Vázquez, que las tres partes responsables de la operación, Gobierno, Junta y Ayuntamiento, se sienten serenamente a delimitar porcentajes y despejar dudas. De la ufana incompetencia del diputado socialista Indalecio Gutiérrez, anunciando en plan Manolo el del Bombo la falsa recuperación del tren de la tarde a Madrid (eliminado por otro gobierno socialista) ya hablaremos cuando me recupere del viaje en el Alipori Express.