El PSOE está perdido en su selva

Los que seguimos con interés los artículos del director de LA VOZ, Pedro Manuel de la Cruz, sabemos que acredita memoria y tino suficientes como para ser considerado algo así como el Paul Preston del PSOE de Almería. No ha habido gloria ni miseria que no haya acabado en su conocimiento, bien sea por acercamiento o por recepción, que son las dos maneras en las que se amartilla la memoria del periodista. Y el pasado domingo escribía Pedro sobre el último (en su acepción de más reciente) desencuentro familiar socialista, que ha convertido al proceso de elección de su cabeza de cartel para las municipales en un innecesario ejercicio de picar carne, lo que no hace sino confirmar las razones quirúrgicas que desde 2003 llevan aconsejando a los almerienses a alejarlos del poder municipal. Hablaba Pedro Manuel de la guerra civil del PSOE almeriense sin aspavientos, sin estridencias y, lo que es más definitivo, sin sorpresas. Y es que no se puede esperar otra cosa de quienes prefieren forzar un demoledor proceso de enfrentamiento público antes que ver ganar a una facción enemiga. Pero como además de contumaces son soberbios, mandaron rápidamente a su brigada tuitera a replicar al periodista, empleando las cuentas falsas que manejan con soltura para decir que no había guerra civil, sino democracia interna. Apenas cuatro días después, el concejal socialista Eusebio Villanueva, que ya había mostrado públicamente su apoyo a la también concejal Adriana Valverde, escribió en su tuiter: “Que la divina Providencia nos proteja de las plantas trepadoras que chupan la savia de los demás, sin escrúpulos ni principios”. El fraternal recado era para su compañera (o lo que sea ahora) Carmen Aguilar, también concejal e inesperada candidata a las primarias. Pero una desafortunada composición del texto, usando una foto de su amiga Adriana, parecía sugerir que el ataque iba dirigido contra ella. Están tan perdidos en su selva que ni a matarse vivos aciertan.