Impuestos para ser justos

Nada más tener la mayoría absoluta otorgada por los andaluces engañados por “el moderado”

Emilio Sánchez de Amo
09:00 • 01 oct. 2022

Cada vez que en los últimos años tenemos cita médica en Andalucía pasados diez o más días, cuando se cierran unidades educativas, cuando se reduce el transporte escolar en zonas rurales, cuando se engorda la lista para adquirir ayuda en dependencia, cuando no hay recursos para atender a familias o personas solas en situación de exclusión,…, pensamos, ¿nos estamos quedando sin recursos? Normal, porque además asistimos a las exigencias de la derecha pidiendo mayor financiación al Gobierno central, donde no gobiernan.



Nada más tener la mayoría absoluta otorgada por los andaluces engañados por “el moderado”, bajan los impuestos a quienes más tienen en detrimento de quienes menos o nada tienen. Atracados doblemente, primero porque no se les bajan los impuestos, y sí a quienes más tienen y, en segundo lugar, porque con el dinero regalado a los ricos se podría financiar las políticas sociales, educativas y sanitarias.





Está claro, Moreno Bonilla es el presidente de los ricos, como buen varón del PP, esgrimido como el partido de los poderosos al no querer que arrimen el hombro las energéticas y grandes corporaciones, cuando el verdadero poder está en el pueblo – véase al estadounidense, quien declaró la Guerra de Independencia por disconformidad con los impuestos de sus colonos ingleses –



Ante esto, el Gobierno de Sánchez está con quienes más lo necesitan, la gente, bajándoles la carga impositiva e introduciendo un impuesto de solidaridad a quienes más tienen. Ya el filósofo y matemático griego, Aristóteles decía en el tratado de ética Magna moralia: “Es justo que el que tiene mucho pague mucho en impuestos, y el que tiene poco, pague poco” Para él, incluso la acumulación de dinero en sí misma deshumaniza a quienes la practican.



Si el dinero está mejor en nuestros bolsillos, como defiende la derecha, ¿cómo hacer frente a lo de todos?, ¿cómo garantizar la igualdad de oportunidades o la asistencia sanitaria para todos?, ¿esperando la buena fe de quienes más tienen, como se hacía en la Grecia antigua, donde estaba arraigada la beneficencia?, pero si hasta incumplen sus obligaciones y buscan evadir, son los llamados a voces por la varonía de la derecha desde sus pseudoparaísos fiscales.



Moreno Bonilla “el desmelenado” podría mirar al emperador romano Trajano, oriundo de Hispania Bética, a quien el pueblo admiró por su consideración con quienes menos tenían concediendo préstamos a muy bajo interés, y destinando las ganancias del Estado a los necesitados. Pero claro, entonces ya no sería bien visto en la derecha, ni entre los poderosos, quienes escogerán entre él y Ayuso cuando Feijó se descalabre.




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