La moderación del discurso de Moreno le ha dado muy buenos frutos

Los resultados dejan dos conclusiones relevantes, una negativa y otra positiva

El presidente del PP andaluz y candidato a revalidar la Presidencia de la Junta, Juanma Moreno.
El presidente del PP andaluz y candidato a revalidar la Presidencia de la Junta, Juanma Moreno. Europa Press
Rafael Quirosa-Cheyrouze
00:15 • 20 jun. 2022

Los resultados provisionales de las elecciones al Parlamento de Andalucía celebradas en junio de 2022 permiten obtener distintas conclusiones. En términos generales, considero que hay dos relevantes, una negativa y otra positiva. La primera viene determinada por la participación: más del 40 % de los andaluces con derecho a sufragio ha preferido no acudir a las urnas.



Si a esa decisión le unimos que una parte de quienes trabajan en nuestra tierra, incluso pagan sus impuestos, no tiene derecho a participar en la vida política, lamentablemente nos aproximamos en la práctica a un sistema de sufragio censitario. Pero, junto a esos datos negativos para la democracia, el hecho de que el populismo de extrema derecha no haya logrado unos resultados relevantes (menos del 14%), y, sobre todo, no condicione la formación de gobierno, tal y como el resto de fuerzas políticas temían, es una buena noticia.



 



Para el Partido Popular han sido unos resultados excelentes, manteniendo un electorado fiel respecto a comicios anteriores, logrando atraer todo el voto que en diciembre de 2018 recaló en el proyecto centrista de Ciudadanos y sumando nuevos apoyos. No cabe duda de que la moderación del discurso del presidente Moreno, a diferencia de su correligionaria madrileña, le ha dado muy buenos frutos en Andalucía.



En el caso del PSOE, podemos extraer dos conclusiones: no ha sabido movilizar a los andaluces progresistas y se ha visto perjudicado por el desgaste que el Gobierno de España ha tenido en su gestión, en momentos de dificultades de todo tipo. Los socialistas están más obligados que nunca a escuchar lo que le preocupa a la gente. No es suficiente pensar que se defienden los mejores principios y valores; hay que saber explicarlos a los ciudadanos y convencerlos para que voten sus propuestas. Si nos acercamos a la izquierda del PSOE, el fraccionamiento en dos candidaturas ha terminado de hundir sus opciones, en una tendencia menguante en toda España tras defraudar a buena parte de sus votantes iniciales.






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