Unzué se empeña en vivir

“En España hay cuatro mil hombres y mujeres con esta enfermedad“

Alberto Gutiérrez
07:00 • 30 oct. 2021

Empeñarse en morir o empeñarse en vivir. Eso le decía el bueno de Morgan Freeman a Tim Robbins en la impagable película ‘Cadena Perpetua’. Al hilo de esto, hace unos días leíamos una interesantísima entrevista en El País de Nadia Tronchini a Juan Carlos Unzué donde el antiguo portero y entrenador de fútbol concedía un titular que ofrece pocas dudas sobre su forma de afrontar la enfermedad que sufre, la fatídica ELA: “Antes de una muerte digna queremos una vida digna”. Ciertamente, resulta estimulante que un tipo como Unzué urja a la lucha por los derechos de los enfermos de ELA por encima de la eutanasia como manera de abordar el problema. 



Como convencido liberal, admito y comprendo la aprobación de la eutanasia, pero al mismo tiempo me gustaría, como a Unzué, que las personas que pidan el suicidio asistido no lo hagan porque carecen de medios económicos para ser cuidados. Eso viene a decirnos el legendario guardameta. En España hay cuatro mil hombres y mujeres con esta enfermedad, pero sólo una ínfima minoría cuenta con medios para sufragar los cuantiosos gastos que requieren dichos cuidados. Él es uno de esos privilegiados. Por ello, su testimonio destaca con mayor fuerza. También el de Jordi Sabaté, otra persona edificante en su lucha por los derechos de los enfermos de esclerosis lateral amiotrófica.



¿Por qué, en lugar de acudir enseguida a la eutanasia, no ponemos todo el esfuerzo en mejorar la vida de estas personas y, por supuesto, en la investigación de la enfermedad? ¿No nos haría una sociedad más justa y, sobre todo, más humana?Desgraciadamente, esto no parece interesarles a nuestros políticos, que suelen moverse sólo por reclamaciones multitudinarias que afecten al voto, no lo olvidemos. Cuatro mil enfermos les saben a pocos.



La eutanasia como método preventivo y cauterizador, como laxante de un capitalismo consumista que nos convierte también a las personas en objetos. A esto hemos llegado. Los ricos pueden vivir. Los pobres, sin medios, están abocados a una muerte temprana. Así se desprende de las palabras de Unzué. Estamos construyendo una sociedad deshumanizada donde la vida cobra valor según tu cuenta corriente. Qué contradicción que los partidos progresistas presuman en parte de esta conquista. Los pobres siempre salen perdiendo.



No gusta hablar de la parca en una sociedad en la que desaparecieron los velatorios en las casas y el alivio de luto. Acomodamos bien la muerte a la ficción de las series de televisión (‘El juego del calamar’), pero la desnaturalizamos en la vida real, la ocultamos en compartimentos estancos o se la trasladamos a los médicos, a los que hemos facultado para tareas antagónicas a sus juramentos hipocráticos cuando estudiaron la carrera de Medicina y Cirugía.  



Venden que quieren dignificar la muerte, pero uno sospecha que no hay tanto samaritano en la política sino más bien minuciosos contables que administran nuestras haciendas para que vayan saliendo sus cuentas. No estoy en contra, ya digo, pero la eutanasia tendría que ser la última de las soluciones. Gracias, Juan Carlos Unzué, por el maravilloso ejemplo de empeñarte en vivir.





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