SOFISTAS DEL SIGLO XXI

Arrojar un poco de luz a las sombras que algunos intentan agitar dentro de la caverna

Antonio Jiménez
07:00 • 29 sept. 2021

Desde tiempos de la Grecia clásica, surge una contraposición entre quienes aman el conocimiento y buscan la verdad a través de la dialéctica socrática, los filósofos, y el relativismo de quienes, como denunciaba Platón en sus obras, creen poseer la ciencia (sophos) sin limitación alguna, los sofistas. Mientras los sofistas se presentaban a sí mismos como maestros del conocimiento, Sócrates desenmascaró su auténtica naturaleza puesto que no buscaban la verdad auténtica, sino tan solo la apariencia de la misma para revestirse de autoridad. Es conocida la afirmación de uno de los sofistas más destacados, Protágoras, que afirmaba que lo importante es poder convertir en sólidos y fuertes los argumentos más débiles dominando el arte de la palabra. 



El pasado 17 de septiembre pudimos leer en estas mismas páginas un artículo de opinión en el que, tras un aliño de citas de distintos filósofos, se intentaba, cual Protágoras, convertir en sólido un argumento que no se sostiene, como es el de negar la eficiente gestión del consejero Imbroda en un curso afectado, una vez más por la pandemia. Procede, siguiendo el mito de Platón, arrojar un poco de luz a las sombras que algunos intentan agitar dentro de la caverna. 



En primer lugar, sobre la certificación médica necesaria para ejercer la docencia, ni es una novedad de este curso, ni es algo exclusivo del sector educativo. Como es conocido, acreditar que se está en condiciones físicas y psíquicas para desempeñar el puesto de trabajo este es un requisito común en la función pública, tal y como y recoge el Estatuto Básico del Empleado Público a nivel nacional. No sólo eso sino que a través de SIPRI, y para evitar que haya que aportar reiteradamente dicha documentación, no se requiere dicha certificación a quien la haya aportado en los últimos doce meses, ahorrando ese trámite burocrático a los interesados. 



No es ahí, en cambio, donde carga las tintas el articulista, sino que, tras una retórica que recuerda a los sofistas, pretende ocultar que la eficiente gestión que está realizando la consejería que dirige Javier Imbroda ha permitido que se inicie el curso con los docentes incorporados en los centros, incluyendo los 4.600 de refuerzo de plantilla acordados con la mayoría de los sindicatos. De entrada, casi 2.000 de esos docentes adicionales ya tenían adjudicado su destino en el mes de agosto, en la colocación informatizada, incluido ese casi 25% de los 4.600 de refuerzo de plantilla que van a pasar a formar parte de la plantilla estructural docente de Andalucía; una plantilla que, con este gobierno, no ha hecho más que crecer. Lejos quedan los despidos de 4.500 docentes que vivió esta Comunidad Autónoma hace una década, cuando el dinero público se dedicaba a otros menesteres. Entonces sí que se dio el oxímoron del estruendoso silencio en determinados sectores.



Siguiendo por orden cronológico la argumentación del articulista, el 3 de septiembre se hace una convocatoria de SIPRI masiva para Infantil y Primaria con más de 3.200 plazas, en la que se incluyen las vacantes y sustituciones que se producen con normalidad por jubilaciones o bajas médicas, así como más de mil plazas de ese refuerzo de plantilla. Fijarse, como hace el autor, en el desgaste del botón F5, es como fijarse en el dedo en lugar de la Luna a la que apunta. Porque para que ese 3 de septiembre, viernes, pudieran convocarse todas las plazas posibles, me consta que cientos de directores y directoras, y decenas de funcionarios de las delegaciones y la consejería tuvieron que trabajar de forma coordinada hasta altas horas para que todas las plazas pudieran estar cubiertas, como lo estuvieron, desde el primer día de curso. 



Continúa el autor quejándose de la supuesta exigua convocatoria de plazas del día 10, una prueba patente de lo atrevida que es la ignorancia. Pretendiendo atacar al consejero, lo que hace, inconscientemente, es demostrar la eficiencia de la gestión que se había hecho el día 3 de septiembre, puesto que el día 10 solo podían salir las vacantes y sustituciones generadas a partir de aquél día. Un oxímoron: una crítica elogiosa. 



Pero donde se cubre de gloria es con respecto a la convocatoria de Secundaria. El desconocimiento de cómo funciona esta etapa educativa llega a tal límite que parece olvidarse de que todavía hay exámenes de recuperación en septiembre y que estos afectan a la configuración de los grupos en los institutos, lo que puede hacer variar el número de profesores necesarios para atender a los mismos. Por si eso no fuera suficiente, cuando se publica su artículo (viernes 17), llevaban más de 24 horas no ya convocadas, sino adjudicadas las casi 4.000 vacantes y sustituciones de Secundaria; es decir, ya tenían nombre y apellido las personas que iban a ocuparlas. No deja de tener cierta ironía que el autor haya tardado más en escribir un artículo, enviarlo al periódico y que verlo publicado que el consejero Imbroda en ajustar las plazas necesarias en todos los institutos de Andalucía, convocarlas, darles dos días a los interesados para pedir destinos y adjudicar las plazas. El eficiente Imbroda, sin oxímoron.



Parafraseando a Protágoras, para hacer fuerte un argumento débil, hay que dominar el arte de la palabra, algo que no se consigue cuando la realidad ha dejado obsoleto el argumentario antes de que la tinta toque el papel. Afortunadamente, frente a quienes siguen agitando sombras dentro de la caverna, sigue habiendo una realidad fuera de ella donde la luz de la verdad brilla. 


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