La mirada más clara sobre la luz de Almería

Pérez-Siquier ha sido el hombre que mejor ha sabido ver la luz de nuestra tierra

Ramón Fernández Pacheco
07:00 • 19 sept. 2021

La coincidencia plena en el elogio sincero y la valoración de su reconocida trayectoria profesional son las dos principales características del sosegado y prolongado duelo con el que Almería está despidiendo al fotógrafo, creador y artista Carlos Pérez-Siquier. Su reciente fallecimiento, que ha interrumpido bruscamente una vida que él enriquecía y ensanchaba en cada conversación, en cada encuentro, en cada mirada y en todas y cada una de sus fotos, nos ha llenado a todos los que le conocimos de una de esas penas de las que sabes que es difícil reponerte.






Son muchos y muy merecidos los elogios que estos días estamos leyendo y viendo en los medios de comunicación sobre alguien que, por encima de su indiscutible y bien fundamentada maestría técnica, supo trazar una estela de vida y afectos entre todos los que le respetamos y quisimos. En este punto es imposible pasar por alto la escogida y sólida ligazón del artista con su Almería natal.  Pérez-Siquier ha sido el hombre que mejor ha sabido ver la luz de nuestra tierra.






La clara sencillez de los blancos de cal y sal de La Chanca, su personalísimo azul recortado en el horizonte del Mediterráneo, la cruda dignidad de las gentes que buscó e inmortalizó en los barrios a los que Almería daba la espalda o la ternura colorista del primer turismo de costa, todo ello forma una geografía personal e intransferible que ha cimentado una obra fotográfica pionera y monumental que, como solía decir Carlos con frecuencia, sin duda iba a sobrevivirle. Este diálogo del objetivo del artista con su tierra comenzó muy pronto, cuando impulsó a mediados del siglo pasado la Agrupación Fotográfica Almeriense (Afal), que supo cristalizar como referencia y renovación de la escena fotográfica española.



El fotógrafo, Escudo de Oro de Almería y Medalla de la Provincia y al que el Ayuntamiento dedicó hace unos años una plaza en Cabo de Gata, otro de sus escenarios icónicos, siempre mostró su disposición a colaborar con todas las administraciones, como he podido ver siempre, tanto como concejal de Cultura como Alcalde de Almería.



Importantes premios y exposiciones jalonan la larga trayectoria del fotógrafo almeriense, que obtuvo el Premio Nacional de Fotografía en 2003 “en reconocimiento a su trayectoria profesional y a su constante afán de renovación en la búsqueda de nuevos lenguajes fotográficos, así como por la influencia que ha tenido en la fotografía española contemporánea”, y recibió del Consejo de Ministros la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2018. Pero sobre todo, Pérez-Siquier supo ganarse el cariño de cuantos le conocieron y la admiración y respeto de infinidad de seguidores, admiradores y alumnos.



Y ese, a mi juicio, es el mejor galardón que se puede tener en la vida. Por todo ello el Ayuntamiento decidió declarar un Día de Luto Oficial, para mostrar así el dolor por su pérdida y nuestro afecto y cariño por su familia y amigos. Carlos se ha ido en activo, con esa mirada despierta que era capaz de encontrar gestos, encuadres, luces y sombras allá donde nadie veía nada. Será imposible volver a pasear por el entorno de la Alcazaba o contemplar un atardecer en Cabo de Gata sin pensar que nuestra mirada se ha convertido, por un momento, en el visor de la cámara de Carlos. Descansa en paz, maestro. 


Temas relacionados

para ti

en destaque