450 aniversario de la batalla de Lepanto (IV)

Las hazañas de Álvaro de Bazán y Guzmán

José Ramón Talero
07:00 • 21 jul. 2021
  • La conquista de Túnez (1573) Unificación España y Portugal, batalla naval y ocupación de la isla Tercera en las Azores (1582) 

 



Conquista de Túnez (octubre, año 1573) 



El Marqués D. Álvaro de Bazán actuó como segundo mando, en el ataque que Don Juan de Austria dirigió con éxito sobre Túnez. 



En 1573, la República de Venecia y el Imperio otomano firmaron la paz por separado, quedando la Liga Santa expresamente disuelta, esto supuso para los españoles el seguir obteniendo gracias papales sin el deber de participar en más batallas. En resumidas cuentas, Felipe II salió favorecido económicamente de la Liga Santa. A partir de ese momento la armada española no tendría ninguna atadura y podría cumplir sus objetivos. De esta forma, D. Juan no desaprovechó el momento, pidiendo permiso para iniciar la conquista de Túnez. Desembarcaron en la Goleta, en las ruinas de la antigua ciudad de Cartago. De los más de veinte mil hombres de los tercios de mar y tierra, dos mil quinientos veteranos de los tercios (entre ellos D. Miguel de Cervantes), con sus capitanes también seleccionados, fueron rápidamente hacia el objetivo.



La ofensiva se realizó tan rápido, que los habitantes no se apercibieron de nada y cuando vieron el potencial de los españoles, no se resistieron y abrieron las puertas de la fortaleza, siendo tomada sin disparar un solo arcabuzazo. Tomada Túnez en esta rápida campaña del mes de octubre del 1573, D. Juan ordenó la construcción de nuevas dependencias para los ocho mil hombres destinados para la guarnición de la ciudad. Estando en la ciudad los dos artífices de la conquista, Juan de Austria como jefe supremo y el Marqués Álvaro de Bazán como su segundo, se presentaron ante ellos, el alcalde de Bizerta y otros dirigentes para firmar la paz y dar pleitesía al rey Felipe II. El rey fue informado por su hermano e inmediatamente Felipe II, envió emisarios para que Muley Hamet retornara y se hiciera cargo de la ciudad por buen vasallo. Una vez que Juan de Austria hizo entrega de la ciudad, se dirigió a la Goleta donde continuaba la escuadra fondeada y desde allí junto con Álvaro de Bazán se encaminaron rumbo a Sicilia. Un temporal hizo que cada uno atracase en puertos distintos, D. Juan, en Farina y D. Álvaro, en Palermo. Finalmente llegaron a su base en Nápoles el 2 de noviembre de 1573.



En diciembre de 1576 Álvaro de Bazán y Guzmán fue nombrado Capitán General de las Galeras de España. 



 



La batalla naval y ocupación de la isla Tercera en las Azores (26 de julio de 1582) 

Es inexplicable que esta batalla, que ha marcado un hito importante en la historia naval de España y de Europa, haya pasado tan inadvertida, especialmente cuando supuso un triunfo español que consolidó la unión de los reinos de España y Portugal en la persona de Felipe II. 

El combate naval de Terceira, o Batalla de San Miguel tuvo lugar el 26 de julio de 1582 en aguas de la isla Terceira y la Isla de São Miguel (San Miguel) de las Azores entre una escuadra española de 25 naves con 4.500 hombres, al mando de Álvaro de Bazán, y otra escuadra francesa de 60 naves con 7.000 hombres, al mando del almirante Felipe Strozzi, terminando con una abrumadora, y decisiva, victoria para los españoles. 

     En esta batalla se emplearon por primera vez en la historia fuerzas de infantería de tierra para la ocupación de playa y terreno, lo que se considera como "el nacimiento de la Infantería de Marina". 

Por motivos dinásticos en relación al trono de Portugal, empezaron las desavenencias entre el Imperio español y el Reino de Francia, partidario del prior de Crato. Felipe II se convirtió, como hijo de Isabel de Portugal, en candidato al trono portugués junto a Antonio, el Prior de Crato y nieto del rey portugués Manuel I, Catalina de Portugal y los duques de Saboya y Parma.  

A la muerte del cardenal Enrique I de Portugal, sucesor de Sebastián I, la burguesía y la nobleza aceptan de buen grado los derechos al trono de Felipe II. Este nombramiento no fue aceptado en Inglaterra ni en Francia, por el inmenso poder que suponía la casa de Austria, por lo que apoyaron a D. Antonio, el Prior de Crato. Este se autoproclamó rey, como Antonio I de Portugal, el 24 de julio de 1580. Ante tal hecho, Felipe II reaccionó enviando un ejército al mando del Gran Duque de Alba para luchar contra el prior y reclamar sus derechos al trono. La batalla de Alcántara destacó por la rápida y triunfante campaña militar que obligó a Antonio a huir y refugiarse en las islas Azores, de donde fue desalojado tras la batalla de la Isla Terceira. Tomada Lisboa, Felipe II fue proclamado rey de Portugal el 12 de septiembre de 1580 con el nombre de Felipe I de Portugal, jurando como rey ante las Cortes reunidas en Tomar, el 15 de abril de 1581. 

Felipe reinó Portugal desde Madrid y eligió a Fernando Álvarez de Toledo Condestable de Portugal y I Virrey de Portugal, máximos cargos en aquel país después de la persona del propio monarca. Felipe II lograba la tan deseada unificación de la península Ibérica bajo un único rey español.  

Antonio tiene que huir y empieza a recorrer cortes europeas en busca de apoyo para al final recalar en las Islas Azores, en donde se refugia y continúa con sus maquinaciones. Se llevó consigo un fabuloso tesoro y tenía muchas otras cosas que ofrecer: las propias Azores, Madeira, el reino de Brasil; así es como consigue el apoyo, aunque secreto, del rey francés, Enrique III de Valois, al que promete regalarle el Archipiélago de las Azores si le ayuda a recuperar el trono de Portugal. Entre ambos llegan al acuerdo de que el rey francés ayudará a las pretensiones del Prior de Crato con una escuadra mercenaria que se pondrá a las órdenes del Condottiero Strozzi, un noble florentino emparentado con la madre del rey francés.  

Felipe II encarga a Álvaro de Bazán y Guzmán, Marqués de Santa Cruz, destacado por su perentoria y esplendorosa participación en la batalla de Lepanto, que disponga una flota para atacar las islas Azores, refugio del depuesto Antonio I. El marqués, en Lisboa y Cádiz, inicia formar una escuadra en la que por primera vez se incorporan en línea unos nuevos barcos conocidos como galeones. 

Destacar en esta batalla la actuación del también granadino, el maestre de campo Lope de Figueroa, a las órdenes de Bazán con la galera San Mateo. 

Hay que divulgar, que es también el primer enfrentamiento de los buques conocidos como galeones, la primera batalla mar abierto en la que más barcos han participado. Por último, señalar que es la primera vez en la historia en la que se aprecia el uso de la Infantería de Marina, que va embarcada en las naves, dispuesta para el desembarco.  

Quizás, algunos de los que lean este escrito piensen que soy un romántico o un rancio que vive del pasado histórico de nuestra nación. Siempre les digo a mis amigos, compañeros y alumnos que, si nuestros ciudadanos estuvieran formados en el conocimiento político, histórico y filosófico, jamás nos avergonzaríamos de nuestra historia común, ni de nuestros símbolos identificativos.  

Espero y deseo que, con estos recuerdos, desaparezcan esos complejos que tenemos, y reluzca nuestro orgullo y nuestro amor a todas las tierras de España. 


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