Patada a seguir

La patada a seguir es la vergonzosa artimaña que está empleando el Gobierno de Moreno Bonilla

José Luis Sánchez Teruel
07:00 • 18 jul. 2021

En el rugby, la ‘patada a seguir’ es un lance del juego en el que el jugador que tiene el balón y que ve que puede ser agarrado por la defensa contraria, lo patea hacia delante. En algunas ocasiones, esa acción no esconde ninguna estrategia más allá de quitarse el balón de encima, de alejar todo lo posible los problemas.



 



Aplicada a la política, la patada a seguir es la vergonzosa artimaña que está empleando el Gobierno de Moreno Bonilla desde que llegó al poder en nuestra comunidad autónoma, hace más de dos años y medio, de la mano de Ciudadanos y con la inestimable colaboración de Vox. Con esa estratagema, todas las grandes actuaciones que contaban ya con una planificación definida en materia sanitaria, educativa o de carreteras han terminado siendo pateadas por la Junta de Andalucía de manera inmisericorde.



 



El último de los ejemplos de una actuación que ha sufrido ese modelo ha sido la reconstrucción del Patio de Honor del Castillo de Vélez-Blanco. Tras dejar morir el convenio suscrito en 2015 entre distintas administraciones y agentes económicos de la provincia para acometer este proyecto, el Gobierno andaluz ha anunciado que va a buscar financiación europea para poder llevarlo a cabo. O lo que es lo mismo, la Junta va utilizar el marco de los fondos comunitarios que ha gestionado el Gobierno de España para pagar las obras.



 



Esta manera de evitar que la financiación parta de los propios presupuestos de la Junta no es nueva. Ya la ha utilizado el Gobierno de Partido Popular y Ciudadanos para sacudir bien fuerte la pelota en la que han convertido el hospital de Roquetas de Mar, el nuevo edificio de especialidades del hospital de Torrecárdenas o las obras del acceso norte a la capital desde la Autovía del Mediterráneo.



 

La patada a seguir está siendo, por lo tanto, el modus operandi del Gobierno de Moreno Bonilla en todas y cada una de estas actuaciones, lo que en la práctica ha ocasionado su paralización y, por consiguiente, un descomunal retraso frente a las previsiones  iniciales. Por poner solo un ejemplo: de haberse continuado con el proyecto del edificio de especialidades, esta obra se encontraría ya prácticamente finalizada y los almerienses podrían disfrutar a final de año de unas instalaciones modernas y acordes a nuestras las necesidades.

 

El plan urdido por Partido Popular y Ciudadanos pone en entredicho, además, el compromiso de Moreno Bonilla con Almería, con una provincia en la que solo se ha dedicado a terminar las obras que estaban en marcha, mientras que ha sido incapaz de invertir ni un solo euro en nuevas infraestructuras.


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