Creadores de recuerdos

En la muerte de Franco Battiato

El cantante Franco Battiato.
El cantante Franco Battiato. Europa Press
Pepe Cuenca
01:15 • 19 may. 2021

Debió ser el año 85, tal vez el 86. No sé. Lo que sí tengo la seguridad es que yo no era más que un adolescente con la suerte de no estar condicionado (todavía) por las corrientes que a posteriori te van cerrado horizontes y te ciñen a que algunas cosas te gusten y otras no tanto. Era un joven con unos auriculares y con grabaciones de un viejo radiocasete al que le pedía que el locutor no pisara el principio de las canciones. 



En aquellos años no era difícil escuchar a los grupos de moda mezclados con las herencias de décadas pasadas y en los que nunca faltaban aquellas canciones que, a pesar de negarlas, solías colar en el anonimato de la cinta de cromo sin carátula.



La adolescencia es una etapa en la que todo se vive con intensidad. En la que los recuerdos toman un cariz muy especial y en los que la música juega un importante papel como catalizador de sentimientos.



Si hacemos memoria, somos capaces de recordar el orden de las canciones de aquella cinta que no parábamos de escuchar. El sitio, momento y lugar en el que escuchamos por primera vez una canción determinada y posiblemente con quién. Y qué decir de aquel primer disco que compraste con tus ahorros o ese regalo de cumpleaños en el que tus amigos unieron sus pagas para poner banda sonora a las primeras fiestas sin padres.



Franco Battiato fue una 'rara avis' que se coló en los gustos musicales de esa marea de sentimientos atrapados en poesía y hormonas que brotan de un adolescente. Un italiano de nariz interminable que cantaba como los ángeles. Una mezcla de sintetizadores y cajas de ritmos que nos colaban sin saberlo ritmos tribales y referencias a la música más tradicional o a las desconocidas vanguardias. 



Este martes me he enterado de su muerte. Siempre es triste la perdida de un creador de recuerdos. De forma inconsciente comenzaron a resonar en mi cabeza los sones de ‘Centro de gravedad’, ‘Cucurrucucú paloma’, ‘La estación de los amores’ o ‘Nómadas’. Y sí, lo reconozco. He tenido la imborrable visión de Millán Salcedo vestido de gallina y coreando junto a Josema “Napiatto” aquello de.....eeeen Irlanda del Nooooorte.…….¡¡Joder, menudo sketch!!



Serán días de mensajes (como éste) en las redes. De #hastasiemprebattiato y de estados en el WhatsApp de gente que lo conoce básicamente por su efímero paso sonoro por 'La casa de papel'. 



Pero al margen del postureo, estoy seguro que mucho de vosotros, como yo, habréis buscado en vuestra memoria alguno de aquellos momentos de adolescentes sueños musicales en los que danzasteis como los Zíngaros del desierto.


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