Los exiliados en la guerra civil y las declaraciones del Sr. Iglesias

José Ramón Talero
21:27 • 29 ene. 2021 / actualizado a las 07:00 • 30 ene. 2021

A raíz de las declaraciones del Sr. Iglesias comparando al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y los exiliados republicanos y sin querer meterme en profundidades ideológicas, pues esto lo respeto y me enseñaron bien en mi familia para hacerlo. He de comunicar, a pesar de decir este señor que reconoce que son contextos históricos diferentes y que no se va a sumar a la criminalización del independentismo. No puede comparar circunstancias en diferentes situaciones, las cuales no se pueden comprender correctamente, pues la situación en la Guerra Civil Española 1936-39 fue muy distinta a la tenemos desde la Transición y que hizo que la España enfrentada se reconciliara. 


Soy un ciudadano demócrata, respetuoso, dialogante con todas las ideologías y creencias. He estado casi cuarenta años inculcando en las aulas, a mis alumnos, el respeto a los demás y sobre todo el diálogo y la atención a lo que nos comuniquen (el enseñar a escuchar otras opiniones)


Si contara las vicisitudes que pasó mi querido padre en nuestra fratricida guerra civil, me llevaría bastantes horas.  Mi padre padeció la angustia, la desesperación y la tragedia de la guerra, estuvo en un campo de concentración en Francia. Su hermano y cuñados también sufrieron el horror, unos y otros en zonas distintas. Jamás en mi casa por el sufrimiento vivido en la familia, hubo muertes, no se habló azuzando o envenenando, para no generar odio ni venganza contra nadie.



Soy especialista en historia, conocedor y estudioso de la guerra civil he publicado dos libros biográficos sobre este tema con las vivencias de mis difuntos padres. Hemos formado tres familias con hijos, nunca hemos transmitido resentimiento, ni venganza hacia nadie. He explicado, como profesor, este tema a mis alumnos y he hecho ver con la máxima objetividad, la realidad de lo que aconteció en las dos zonas. 


La resolución de la Comisión Constitucional de 20 de noviembre 2002, unánime­mente aprobada por todos los partidos políticos con representación en el Con­greso, dejó clara la voluntad del pueblo, de que el pasado no sería utilizado como arma política para revivir viejos rencores, resucitar odios o alentar deseos de revancha. 



Espero y deseo que, con sentido común, conocimiento, diálogo, respeto y cultura, no fomentemos odio y rencor entre las personas. Busquemos siempre justicia, paz y verdad. 




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