¡Felices fiestas!

Emilio Sánchez de Amo
07:00 • 19 dic. 2020

En la antigua Roma, al llegar el solsticio de invierno, se festejaban las Saturnales en honor a Saturno, dios de la cosecha, para implorar que lo sembrado diera buenos frutos en primavera. Grandes comilonas, juegos, bailes,…, trataban de manifestar la igualdad originaria entre las personas, aunque solo por unos días. Quizás por esta razón, el papa Julio I pidió en el 350 que el nacimiento de Jesús de Nazaret se festejara en esas fechas, para facilitar la conversión al cristianismo de los romanos sin tener que dejar de lado sus festividades.


Así que, en un estado aconfesional como el nuestro, debería ser normal que el Presidente de Gobierno felicitara estas fiestas de manera genérica, pues es el presidente de todos, no solo de quienes festejemos estos días de manera Cristiana. Por eso, es ridículo que Pablo Casado polemizara con esto el miércoles en el Congreso nada más subir a la tribuna de oradores.


Casado debería saber que el desear una feliz Navidad debe acompañarse de coraje para ayudar a la gente por encima de las discrepancias y los intereses particulares. Son palabras vacías desde una tribuna porque si no, le diría a su compañero Moreno Bonilla que no cierre el Centro de menores infractores de Purchena, por la gran labor de reinserción que hace el centro, y porque dejaría sin trabajo a 55 personas de forma directa, dañando a toda la comarca; o le diría a su otro compañero en la alcaldía de Almería que es indecente devolver casi 49.000 € de una subvención que debía gastarse en atender a familias con hijos socialmente necesitados, porque esas familias igual no tienen una feliz Navidad. 



Así como los cartagineses sacrificaban a un recién nacido como ofrenda a Saturno el africano, envueltos en sonidos de flautas y tambores para acallar el llanto desolador de la criatura, la derecha está jugando a sacrificar nuestra democracia tensando la cuerda con manifestaciones ruidosas, falsas y alarmistas, o tratando que no lleguen los fondos europeos. No les vendría mal escuchar al Papa Francisco: “La Navidad suele ser una fiesta ruidosa: nos vendría bien estar un poco en silencio, para oír la voz del Amor”, pero solo tienen amor al poder para seguir sacrificándonos al resto, por más que digan ¡Feliz Navidad!





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