“Sean Connery ha muerto, un maltratador menos”

Cristina Torres Ripoll
07:00 • 04 nov. 2020

El pasado Día de Todos los Santos, el primero que acontece en un estado pandémico, España amanecía con una noticia de despedida: la muerte del actor Sean Connery a los 90 años. Ya me imagino al alcalde preparando la próxima estrella honorífica de nuestro Paseo de la Fama. Y es que Sean era un poco almeriense, como lo son todas las celebridades que pisan nuestro suelo desértico. Sin embargo, estos fallecimientos no sólo exudan homenajes. En torno a la muerte de Sean Connery se ha alzado una voz colectiva y feminista, la que -en un ejercicio de denuncia- nos recuerda que, además de un magnífico actor y emblemático James Bond, fue un hombre machista que abogaba por el uso de la violencia en discusiones maritales. Eso sí, a la mujer es mejor pegarle con la mano abierta. Todo un detalle, Sean.


La evolución de este mensaje en redes ha sido devastadora: "No me da pena que se muera un maltratador", "Un maltratador de mujeres bien muerto está", "ja ja ja que se joda Sean Connery, por maltratador", "Sean Connery ha muerto, un maltratador menos", "Recordemos que Sean Connery era un hijo de puta y que bien muerto que está".


¿Qué tipo de feminismo es este? Hemos pasado de activistas a pandilleras. Me imagino a estas personas con su lista de quién debe morir, como la que tuviera La Novia -magníficamente interpretada por Uma Thurman-  en Kill Bill, tachando a cada machista y escrutando cada uno de sus actos para justificar el lanzar un mensaje tan deplorable en redes. Feminismo de hemeroteca. Evidenciando lo evidente. Sean Connery era un ser despreciable, como ya lo fuera Picasso, John Lennon o Charles Bukowski. Todos estamos de acuerdo, pero si no somos capaces de separar al artista de su obra, no respondamos con la misma violencia.



Dice mi madre, oportuna y magnífica oradora, que nos han educado para respetar a los muertos. Me pregunto si ese respeto no es sino otra tradición más que hemos perdido. "Sean Connery ha muerto, un maltratador menos". ¡Qué grotesco, violento y desafortunado! No quiero formar parte de este feminismo de hemeroteca. No cuenten conmigo. Una menos.





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