Más agitación y propaganda

Carmen Tomás
07:00 • 20 sept. 2020

En los últimos días se acumulan los informes que empeoran las previsiones económicas para España. Los últimos han sido los del Banco de España y la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas). En ambos casos, además se deja claro que el escenario escogido no es el de que haya que recurrir de nuevo a un confinamiento total y aún así empeoran la aportación al PIB tanto de la demanda nacional como la del sector exterior, los de paro, deuda y déficit. El Gobierno, mientras, aún no ha presentado su revisión. Ni siquiera el techo de gasto o la senda de déficit para la elaboración de los Presupuestos del año próximo. Pero, ya es más que obvio que no habrá recuperación en "V" ni en "V" asimétrica y ya veremos si lo hace en forma de "lámpara de Aladino" como dijo el ministro Escrivá. El Gobierno decidió en julio desentenderse absolutamente de todo.


Sánchez, de hecho, nos dijo, que el virus había sido doblegado y que saliéramos a consumir. Nadie se quedó al mando, ni se realizaron compras estratégicas de material sanitario, ni se tomaron medidas en los aeropuertos y estaciones. Y el virus seguía ahí y llegaron los brotes, y la apariencia de que la economía remontaba en algunos sectores se truncó, porque la segunda ola se adelantó y nos arrolló.  Ahora, bien adelantado septiembre, seguimos sin un plan sanitario y sin un plan económico, lo que nos sitúa de nuevo como el peor país en lo sanitario y en lo económico.


Pro, el Gobierno sigue en la agitación y propaganda, con Madrid en el epicentro de todas las críticas de la izquierda y sus terminales mediáticas. Con Ayuso y Franco intentan tapar su ineficacia y mala gestión sanitaria y económica. De hecho, ya se ha filtrado que los Presupuestos no van a estar en tiempo y forma y que no hay que descartar que durante algunos meses se prolonguen los prolongados de Montoro. Pero, además, tampoco tiene ningún plan que presentar a Europa para recibir los fondos europeos.



Está claro que lo de formar comités de expertos no se le da bien a Sánchez que, en lugar de recurrir a todo el que tenga algo sensato que decir, ha decidido por prepotencia no hacerlo para, finalmente, pedir auxilio a las grandes consultoras. Un auténtico bochorno que de momento nos ha costado una nota negativa a la calidad de la deuda y recibir de la UE una guía con las reformas específicas que España deberá hacer para acceder a los fondos europeos. 





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