Libertad heredada

Emilio Sánchez de Amo
07:00 • 29 ago. 2020

“La patrona de Almería no quiso venir en barca, porque era pequeñica prefirió concha de nácar”, así comienza el ‘Si vas pa la mar’ del Maestro Manuel del Águila en honor a la patrona de la capital almeriense, a la que se rinde homenaje hoy; tomada como acervo popular dedicada a aquella talla de madera que llegó, previsiblemente, tras algún naufragio, a la orilla de Torregarcía, en pleno Parque natural.


Pero esta semana también hemos homenajeado a quienes llegaron a nuestras costas en 1824 luchando por la libertad. Un homenaje a ‘Los Coloraos’, liberales que lucharon para acabar con el absolutismo de Fernando VII, peleando para que todos los españoles fuéramos ciudadanos de pleno derecho y no lacayos del monarca, a quienes fusilaron arrodillados y por la espalda; antes y hoy, llegar a nuestras costas, sale caro cuando te encuentras enfrente a quienes relativizan la libertad. No vinieron en concha de nácar ni en coche oficial para hacer pilates, como Bendodo, e igual por eso el alcalde los desprecia.


Ya lo decía el Maestro del Águila “No presumas marinero con la hija del alcalde, porque tiene un quita, quita, quita que viene su pare”, y efectivamente, a este alcalde del postureo hay que temerle, porque parece que la foto no le sale bonita si no arrasa con los árboles y el monumento de la Plaza Vieja a quienes dieron su vida por nuestra libertad – pero sí con toldos y mesas para consumir en la hostelería – no sea que sus acólitos piensen que él tiene algo de liberal, de demócrata o algo que moleste a los ultraderechistas, quizás a él le vaya bien ser lacayo de sus jefes de filas en lugar de ciudadano, pero no a nosotros.



El dictador Franco hizo que lo destruyeran cuando visitó Almería, ahora le toca a Ramón acabar con la réplica, pero la justicia aún debe pronunciarse, es lo que tiene gozar de esa libertad heredada de aquellos Coloraos, como dijo Montesquieu “La libertad es el derecho de hacer todo lo que las leyes permiten”, así que igual el año próximo podemos seguir homenajeándoles donde merecen, la Plaza de la Constitución, donde reside la sede de la soberanía del pueblo almeriense.






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