¿Dónde estabas entonces?

Del sarcófago en un ángulo oscuro, una voz entresale de su vendaje. Por el tono, parece que se trata del mismísimo hermano de Juan Guerra. Don Alfonso reaparece en la actualidad informativa y carga contra el zapaterismo que tanto aplaudió. "Esto de jovencitos al poder y las mujeres primero no es una buena técnica. Hay que pensar en la competencia de las personas." Supongo que habrá que achacar estas declaraciones al shock traumático de los accidentes de equitación. Es lo que tiene caerse del caballo a ciertas edades. Pero conviene advertir al veterano socialista que por decir cosas bastante menos contundentes, más de uno ha sido tachado de parafilias machistas lindantes con el hiperfalangismo. ¡Menudos son los deontólogos de guardia del politburó del todos- y-todas-puntocom! Parece que don Alfonso se suma de este modo al listado de los líderes históricos del PSOE afectados por una afonía severa durante los mejores momentos del poder de la Ceja. Alfredo decía en campaña que él sabía lo que había que hacer para crear empleo. Pero mientras el paro creció hasta los cinco millones de personas prefirió no decírselo al presidente. ¿Y dónde estaba el señor Guerra cuando Zapatero sacó a doña Bibiana Aído de la agencia de promoción del Flamenco y la hizo ministra? ¿Coincidió alguna vez con la señora Pajín? ¿Dijo algo cuando la ministra Calvo hablaba de los ratoncitos Pixie y Dixie?A este paso, no va a quedar socialista que admita haber oído hablar de un tal José Luis Rodríguez Zapatero, un muchacho de León.