Ciudadana Arrimadas

Julia Navarro
23:30 • 26 jun. 2020 / actualizado a las 07:00 • 27 jun. 2020

En mi opinión Ciudadanos está haciendo una oposición útil. Y no es fácil. El equilibrio entre controlar y criticar al Gobierno y al mismo tiempo ser capaz de llegar a acuerdos en beneficio de la sociedad. Esa es su utilidad, la de ayudar a gobernar y eso es a lo que Albert Rivera renunció condenando a su partido al descalabro.


No sé quién fue el “listo” o los “listos” que convencieron a Rivera que Ciudadanos iba a dar el sorpasso al PP y que le recomendaron que se escorase a la derecha. Pero su error, el de Rivera y el de su dirección en la que también estaba la señora Arrimadas, fue creerse que iban a arrinconar al PP haciéndose con el santo y seña de la derecha. Y bien que pagaron ese error en las urnas.


Ahora la ciudadana Arrimadas ha cambiado la estrategia y con ese cambio Ciudadanos está teniendo un protagonismo que nunca tendría por tener tan solo diez escaños.



No sé si será demasiado tarde para que los votantes vuelvan a considerar que Ciudadanos puede ser un partido útil y que por tanto merece la pena votarle o si por el contrario ya le tienen descontado.


En cualquier caso si me sorprende, lo he escrito en otras ocasiones, que quienes se lamentaron de que Ciudadanos se escorara a la derecha sean los mismos que ahora le critican porque es capaz de llegar a acuerdos con el Gobierno de Pedro Sánchez.



Sin duda es beneficioso que un partido como Ciudadanos pueda modular algunas de las políticas de Sánchez. Al Presidente le viene bien dar a entender que es capaz de entenderse con un partido moderado y a Ciudadanos le viene bien demostrar que sus diez escaños sirven para algo. Es una relación de puro interés pero que beneficia a los intereses de la sociedad. Y desde luego Inés Arrimadas ha encontrado en Edmundo Bal, el portavoz de Ciudadanos, una pieza clave en está política de palo y zanahoria.


Bal destaca por su seriedad y porque su discurso nunca es histriónico. Comunica bien y explica con tranquilidad cada decisión que va adoptando su partido, los “sí” y los “no” al Gobierno.



Lo que está por ver es, cuando llegue el momento de la verdad, es decir el de las urnas, si los votantes realmente han perdonado a Ciudadanos o por el contrario le consideran un partido prescindible.


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