Sin tambores de guerra hemos ganado la primera batalla por la conciliación

Juan Fernández Cabezas
07:00 • 23 jun. 2020

Hay veces que el silencio hace más por la causa que el ruido. Hay veces que las banderas no sirven para dar traslado de los actos y principios. Hay veces que las etiquetas no aportan y que el aparente desarraigo nos da una bofetada de realidad en plena cara. Hay veces que, en esta España, últimamente tan bronca y desvirtuada, al menos desde el plano político, hay organizaciones que reman a favor de obra en silencio, con calma y determinación, sin aspavientos, pero sin dejarse amilanar, con firmeza, pero sin hacer continúo alarde del “solo nosotros somos” o “solo nosotros tenemos la legitimidad de la representación”. En mi opinión, ya se ha demostrado que hay un sindicato, alejado de los llamados de clase, que simplemente se preocupa de las personas, de los trabajadores y trabajadoras, de sus circunstancias, de su vida, de su calidad humana y laboral, porque no se engañen, van de la mano. Y, sobre todo, destacando que no importa el contrincante, no importa la ideología, no importan ni lo colores ni el espacio que ocupan en el panorama del diálogo social. 


Una vez más, CSIF ha estado a la altura, ha defendido y protegido a los suyos, y ha puesto en valor a las personas revertiendo sus apoyos y su respaldo en esfuerzos que se han materializado con un acuerdo pionero en conciliación laboral en el conjunto de las plantillas de la Administración General del Estado. Y señores, señoras, lo hemos hecho sin ruidos, sin consignas, sin riñas y sin descalificar a ningún colectivo. Sólo hemos orquestado un plan lógico, moderno y resiliente a las circunstancias más apremiantes, la COVID-19 sigue estando ahí, pero desde una perspectiva global mucho más profunda y de calado. El motivo último ha sido la pandemia, pero la base está fundamentada en la igualdad.


CSIF ha conseguido sin sobreactuar, pero con mucho trabajo, con mucha calle, con mucho diálogo, con mucha negociación, un pacto precursor que defiende la conciliación de miles de trabajadores y trabajadoras de España, de cerca de 1.500 en la provincia de Almería. Que respalda y garantiza que aquel profesional que tenga el cuidado de hijos menores de 14 años a cargo o de personas dependientes pueda teletrabajar cuatro de las cinco jornadas laborales de su día a día, de manera voluntaria y reversible. 



Dicho así, tan sencillo, parece una parrafada más de este artículo de opinión, pero viéndolo con amplitud de miras, creo desde mi humilde opinión, que CSIF, una vez más, ha marcado de verde, del verde CSIF, una serie de medidas que pasarán a la historia laboral de este país, en un momento trascendental del tejido profesional, de un país roto de dolor y lleno de secuelas, pero gallardo y solidario como pocos. 


Porque se ha hablado de Igualdad, se ha hablado de conciliación, se ha hablado de respeto a las circunstancias externas y también internas de cada persona, de cada individuo que forma parte de la Administración General del Estado. En toda esa conversación social tan significativa, CSIF ha sido el principal interlocutor. 



Señores, señoras, advertimos que no nos conformamos con este hito, queremos más, y el siguiente paso será la Administración autonómica, en nuestro caso de la Junta de Andalucía, sin prisa, pero sin pausa. Solo objetivos que mejoren la realidad de los trabajadores y trabajadoras. Y voy más allá, nuestra ambición sindical no tiene límites y no hemos irrumpido con tanta fuerza en el sector privado para pasar sólo de puntillas. 

Hemos aterrizado con el firme propósito de dejarle huella. Y todo ha empezado con la AGE pero tenemos la vista puesta mucho más allá, infinita en el horizonte y diversa en sus principios. Y os aseguro que lo conseguiremos, con calma, pero con perseverancia, desde la objetividad y profesionalidad, porque vuelvo a repetirlo, sólo nos importan las personas y estamos aquí para eso.





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