Un comercio que da la cara y no es tan pequeño

Luis Escámez Martín
07:00 • 02 jun. 2020

El pequeño y mediano comercio de Almería, el de al lado de casa, se ha revelado durante la crisis sanitaria generada por el Covid-19 como un sector fundamental para generar comunidad y mantener nuestro entorno vivo.

Ya en la crisis de 2008 fue el sector que más y mejor mantuvo el empleo y en la actual volverá a hacerlo.

El sector representa el 11 % del PIB de Almería y da empleo a más de 60.000 personas, siendo el pequeño y mediano comercio el que más aporta en ambos conceptos. 



El comercio de proximidad representa riqueza para nuestras ciudades, contribuye a la revitalización y revalorización de nuestras calles, les aporta valor diferenciador, su desarrollo en combinación con la hostelería genera una gran atracción para el turismo, contribuye a la seguridad ciudadana, reinvierte en la localidad, hace que un mayor número de decisiones económicas se tomen próximas al territorio, es sostenible ya que acerca el producto al consumidor en lugar de obligar a éste a desplazarse, razón que junto a la de provocar menos aglomeraciones que otras fórmulas comerciales lo hace más seguro también desde la perspectiva de la actual crisis sanitaria.


Por todo ello podemos afirmar que para una ciudad el comercio de proximidad equivale a desarrollo económico de calidad. Pero es indudable que la paralización de dos meses que hemos sufrido ha supuesto un grave quebranto para nuestras empresas. Por eso los comerciantes de toda la provincia de Almería lanzamos un triple reto para reactivarnos y reactivar nuestra tierra. 



En primer lugar, nos retamos a nosotros mismos a afrontar con el mayor entusiasmo la tarea de recuperación, ofreciendo el mejor servicio, impulsando nuestra digitalización, mimando al cliente, conjugando eficiencia con trato humano, renovando nuestro compromiso con nuestra comunidad y todo ello con las más exquisitas medidas de seguridad.

También retamos a nuestros conciudadanos a que apoyen a su comercio, que valoren la aportación que hace y el potencial que juntos tenemos, que llenen nuestras calles, nuestros comercios, nuestros bares.



Por último, retamos a nuestras administraciones a que tomen partido activo en esta labor, particularmente a nuestros Ayuntamientos y a la Junta de Andalucía como responsable del sector.


Numerosos Ayuntamientos de la provincia están volcándose con su comercio, como ejemplo podemos citar al de Almería capital que, con su alcalde al frente, se puso manos a la obra desde el primer momento de la crisis, contactando con los comerciantes y articulando medidas para paliar los daños y posibilitar la más rápida recuperación. Afortunadamente no es un caso aislado, son muchos los alcaldes que están colaborando y a los que reconocemos el esfuerzo.

La aportación de la Junta de Andalucía es manifiestamente mejorable. Es cierto que ha adaptado las líneas de ayudas que cada año pone al servicio del comercio para que incluyan las inversiones que hay que hacer en medidas de seguridad frente al Covid, pero sigue destinando al sector sólo el 0.054% de su presupuesto (Cataluña por ejemplo dedica el 0.077%) y adopta decisiones incomprensibles como la de ampliar el número de festivos de apertura de comercios de 10 a 16 al año. Teniendo en cuenta que nuestra regulación comercial es de las más abiertas de Europa, esto no hace sino favorecer a los grandes formatos comerciales en perjuicio del pequeño y mediano comercio local.  


Esperamos que se muestre más próxima al sector para conseguir un comercio local fuerte al nivel del que tienen las Comunidades Autónomas más desarrolladas de España, esto redundará en más riqueza para nuestros pueblos y ciudades. Los comerciantes seguiremos dando la cara por la gente de nuestras ciudades, realizando un gran esfuerzo de adaptación a las nuevas circunstancias, trabajando por progresar y hacer progresar a nuestros barrios y contribuyendo al bienestar de las personas.



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