La Justicia en tiempos de pandemia

El magistrado-delegado de Prevención de Riesgos Laborales reflexiona del Covid-19 y la justicia

Imagen de archivo de la sede de la Ciudad de la Justicia en Almería, en la Carretera de Ronda.
Imagen de archivo de la sede de la Ciudad de la Justicia en Almería, en la Carretera de Ronda. La Voz
Manuel Espinosa Labella
07:00 • 18 may. 2020

En estos momentos  estamos viviendo un hecho  histórico que no podíamos soñar ni en nuestras peores pesadillas: el máximo ataque por un virus a nuestro país. Nos habíamos acostumbrado a la tranquilidad de un mundo cada vez más global y aparentemente más seguro, olvidando que nuestros viejos enemigos del Apocalipsis  siguen también viviendo en este planeta. 



La mal llamada gripe española era nuestra última referencia histórica, además de algunos ataques puntuales del virus de la gripe o similares,  pero  con menos estragos.  Ahora que tenemos  más información y sabemos cómo se propagan estos virus no hemos sabido verlos venir o, lo que es peor, no hemos querido verlos venir porque teníamos puestas nuestras miras en otras cosas que considerábamos más relevantes.  Afortunadamente el declive de la epidemia está en marcha y se abre una esperanza de salir de este confinamiento.   



Paralización



En tiempos de pandemia la Administración de Justicia también ha sufrido sus efectos con una paralización de toda actividad que no tiene precedentes. Se ha producido una ralentización de la actividad judicial que ha quedado reducida al servicio de guardia y a la recepción de escritos vía Lexnet. El parón va a generar un colapso del sistema al poner de nuevo en marcha esta maquinaria, ya de por si sobrecargada. El miedo al contagio ha mandado a casa a casi todos los que participamos en los procesos judiciales, articulándose mecanismos para facilitar los servicios de guardia mediante videoconferencias y el teletrabajo, reducido a muy poco personal por su falta de  implantación. 



Curiosamente, el 10 de febrero pasado el Servicio de Prevención de Riesgos del Consejo del Poder Judicial avisó, en su página web, de la epidemia iniciada en el distrito chino de Wuhan (provincia de Hubei) en donde se detectó por primera vez el llamado 2019-nCoV; alertando de que se trata de un virus de la familia de los coronavirus, que se trasmiten entre personas y animales. 



Emergencia



Sin embargo no se consideraba este virus como muy contagioso, pero se dejó constancia de que el Director General de la Organización Mundial de la Salud había declarado,  el  30 de enero, que este brote constituye una Emergencia de Salud Pública, además de anunciarse que el Ministerio de Sanidad había preparado un protocolo de actuación ante la aparición de posibles casos sospechosos en España,  porque se habían detectado ya 26 casos en 8 países de la Unión Europea, entre ellos 1 en España.  



Después se ha producido una explosión de contagios que han obligado a pedir medios para proteger a los que intervienen en primera fila en la Administración de Justicia y en otros lugares. En esta ocasión las videoconferencias han permitido solventar las vistas en Juzgados de guardia o de internamientos. Además,  no se han dejado de poner sentencias, sobre todo en aquellos Juzgados y Tribunales que no necesitan la celebración de vistas para enjuiciar. El teletrabajo ha permitido seguir trabajando y  ha demostrado que es necesario extenderlo al mayor número posible de personas que trabajan en gestión  y tramitación judicial.


Las decisiones

Por el Consejo del Poder Judicial y el Ministerio de Justicia se han realizado propuestas y dictado Decretos para intentar paliar los efectos de la paralización de la maquinaria judicial. Las primeras suponen un intento de evitar los litigios masivos y de desincentivar ciertos pleitos, que bien podrían haberse sugerido en cualquier otro momento para aliviar la pesada maquinaria judicial, aunque no han tenido mucha acogida por algunos colectivos implicados. Por parte del Ministerio se han arbitrado procesos urgentes para dar respuesta a los problemas más propios de esta situación, como medidas en procesos matrimoniales, concursales, etc., que dependen de su aprobación parlamentaria y que van abundar en cuanto se reanude la vida judicial.  


Habíamos abandonado nuestra industria y destruido gran parte del tejido productivo por unos menores costes de producción, efecto de la globalización, a costa de dejarnos sin tejido industrial y sin trabajo a muchos jóvenes. Ahora el gigante asiático nos pasa factura de "lo barato", vendiéndonos material sanitario y padeciendo  una nueva crisis económica. 


Solidaridad

Pero como todo mal tiene su cara positiva, es evidente que esta guerra vírica ha dado visibilidad a la solidaridad de muchos y el esfuerzo de los que están en primera línea, combatiendo el virus y no dejando abandonados a los enfermos ni a los sanos. También el silencio de nuestras calles y la falta de actividad industrial nos han recordado la necesidad de respetar el medio ambiente y de implantar un desarrollo sostenible. 


Toca volver al trabajo aunque algunos nunca lo dejamos, por sentido de la responsabilidad y por poder hacerlo en casa. La desescalada se presenta temerosa de nuevos contagios y con el gran dilema: seguridad sanitaria-normalidad social y económica,  que incluye desde luego la puesta en funcionamiento de la Administración de Justicia, esencial en estos momentos en que se han alterado nuestras vidas y surgido los inevitables conflictos laborales o producidas cuantiosas pérdidas económicas. Esperamos que la Comunidad Autónoma Andaluza proceda en los próximos días a dotar a los Juzgados y Tribunales de  medidas de seguridad, como EPIS y mamparas de protección ( que ya tiene en estudio)  que permitan desarrollar los juicios con la máxima tranquilidad durante los próximos meses, que se estiman necesarios para superar la pandemia.


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