Una democracia a medio gas

Julia Navarro
02:12 • 08 abr. 2020 / actualizado a las 07:00 • 08 abr. 2020

Pues claro que el Gobierno comete errores ¡faltaría mas! Nuestros gobernantes son personas como usted y como yo, y por tanto con muchas posibilidades de errar. Solo que en una situación tan dramática como la que estamos afrontando esos errores se notan y pesan mas.


Desde el Gobierno y desde los aledaños del poder, incluidas sus terminales mediáticas, se recrimina a la oposición por eso, por hacer oposición, por señalar errores y desacuerdos. Y esa recriminación se envuelve en el argumento de que como vivimos una situación de emergencia no es momento para reproches.



A mi me parece que este planteamiento lleva en si el germen del totalitarismo. Una democracia no funciona sin contrapoderes y entre esos contrapoderes está que haya partidos de oposición que puedan señalar lo que a su juicio son errores del Gobierno. Si a la oposición se le niega la voz estaríamos consagrando el gobierno de un único partido que ante una emergencia tiene todo el poder para hacer y deshacer a su antojo. O sea estaríamos pisoteando la Constitución. Y es que aunque España se enfrente a una pandemia de consecuencias imprevisibles no podemos ni debemos permitir que la democracia funcione a medio gas. De ahí que no sea admisible que las Mesas del Congreso y del Senado no sean capaces de encontrar la manera para que ambas Cámaras continúen funcionando.


Igualmente importante es la labor de los medios de comunicación. Los periodistas no estamos para ejercer de palmeros del partido al que votamos sino para contar lo que sucede, por mas que eso pueda perjudicar al partido de nuestra elección. La prensa es otro contrapoder para el funcionamiento de la democracia por muy excepcional que sea la situación. Otra cosa es el acierto o el desacierto de la manera en que los partidos de oposición llevan a cabo su labor. Pero eso ni siquiera es lo sustancial, lo que de verdad importa es que no se pongan impedimentos, a cuenta de las circunstancias, para que ejerzan esa función opositora.



La democracia es o no es y lo que no es admisible es una democracia a medio gas que permita que el Gobierno, el que sea, pueda hacer y deshacer sin ningún control. Por decirlo claramente la pandemia no puede ser una excusa para recortar nuestro sistema democrático.




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