Hoy se celebra el cuarenta aniversario de la autonomía

Cuarenta años, cuarenta, lleva Andalucía labrándose ella solita el camino del mañana. Hoy lo celebramos y nos gustaría poder cantar las excelencias que estos cuarenta años le han traído a los almerienses. Hemos crecido, dicen los políticos afincados en Sevilla, si tras cuarenta años siguiéramos igual, ya sería la repera. Claro que hemos crecido, pero si analizamos lo que lo han hecho otras comunidades con menos posibilidades que la nuestra, Andalucía no ha salido de la pobreza. Seguimos siendo los segundos por la cola, solo por encima de Extremadura y por debajo de la media nacional. Cuatro décadas de libertad y de autonomía pregonan ellos, siguiendo las palabras de Alfonso Guerra, tras estos años no la tenía que conocer ni la madre que la parió. Lo lamentable es que la conocemos y no ha cambiado demasiado, por lo menos para los ciudadanos de a pie. Otros harán palmas hasta con las orejas. Algunos de los ejemplos que nos ha dado la autonomía que hoy celebramos, lo único que ha conseguido es llenar de vergüenza a todos los andaluces de bien, los que pagan sus impuestos para que los políticos se lo hayan gastado en enchufar a familiares y compañeros, en copas, mariscadas, drogas y en prostíbulos. En eso, hemos de reconocerlo, sí estamos a la cabeza. Es triste encabezar en estos apartados, igual nos lo tenemos merecido, lo mismo que cuando se habla de Andalucía se nos saque los colores a los andaluces con tanta facilidad. Cuarenta años después da la impresión de que ni los propios políticos creen en lo que tienen entre manos. Otro ejemplo, quizás un poco tonto, pero sintomático de lo que supone el día de hoy para los políticos. El día de Andalucía es hoy, eso nos parece a todos, pero para los políticos de esta tierra el día debió ser el pasado domingo, 23 de febrero, pues en esa fecha fue cuando los prebostes almerienses se reunieron para entregar las banderas de Andalucía. Si los mismos responsables políticos ya renuncian a celebrar el día cuando le corresponde, ya me dirán lo que debe pensar el ciudadano, ese que no cobra del erario público. Quisiera dejar mi felicitación a todos los que desde el pasado domingo tienen en sus casas una verdiblanca como homenaje por este día, creo que merecido, justificado y trabajado por el bien de la sociedad almeriense.