La Fiscalía retira la mitad de los delitos cometidos

¡Qué vergüenza, señores! ¡Qué tristeza tener que vivir con esta justicia! No nos lo queríamos creer, aunque nos lo temíamos, pero pensábamos que los encargados de administrarla no llegarían a eso. Han llegado. Una década y pico después la mitad de los delitos no van a ser juzgados. Han prescrito. Y no es por culpa de la investigación o de los fiscales, es porque los delitos cometidos se denunciaron cuando ya estaban prescritos. O eso nos dice la ciega justicia. Me van a perdonar, pero si el código permite la retirada de delitos por estas circunstancias, no estamos ante un código en el que se pueda confiar. Y si encima los fiscales tardan una década, o más, en terminar una investigación, ya podemos asegurar que la justicia en este país tiene dos ramas, la que se dedica a los ricos y políticos, guante suave para ellos y la que nos toca al resto, donde el látigo puede aparecer y con dureza en manos de jueces y fiscales. Recuerdo un delito electoral que llevaba aparejado la inhabilitación para cargo público, la sentencia reconocía el delito cometido con una multa, quiero recordar de unos cientos de euros, pero al juez de turno se le olvidó lo de la inhabilitación. Hoy el caballero en cuestión, tratado por la justicia con guante de seda, es alcalde. ¡Bien por la justicia, bien! ¡Menudas puñetas! No deja de ser lamentable que la mayoría de los partidos hayan guardado silencio ante el caso que nos ocupa. Solo Izquierda Unida, a través de María Jesús Amate, ha levantado su grito ante lo que a muchos llena de indignación. No se atreven, PP y PSOE no se atreven a dar la cara por una justicia a la que los ciudadanos podamos llamar justa y digna. Es lamentable para el ciudadano sin padrinos, pero, con unos haciendo las leyes y los otros interpretándolas como les da la gana, más vale que no tenga usted un encontronazo con ellos. Si es usted de los de la casta política y social, no se preocupe, ya le buscaran una prescripción, si hace falta le encontraran un fiscal sin prisas en el trabajo que dilate décadas la investigación, para que cuando el de la toga se tenga que pronunciar no tenga caso o haya prescrito. El viejo refranero escribe “juicios tengas y los ganes”. Habría que añadirle algo parecido a “justicia tengas que sea justa”. Vamos a esperar el juicio, nos puede helar el alma.