A Hernández todos los socios políticos le traicionan

Juan Torrijos
07:00 • 21 nov. 2019

Hace unos meses eran enemigos a muerte. Ni se hablaban. Salvador no podía permitir que el “traidor” político de Felipe fuera el alcalde del pueblo y para ello puso sus votos en el cesto del PSOE, y José Luis Amérigo fue nombrado alcalde del pueblico. Venganza decíamos en mayo-junio entre dos hombres que han hecho carrera juntos en el pueblo y en su ayuntamiento. La historia vivida entre los dos personajes en cuestión (Salvador-Felipe) es de sobra conocida.


¿Qué ha debido cambiar para que vuelvan a estar enamorados? Estaban dispuestos a ofrecerse amor eterno, a olvidar traiciones y enfrentamientos, a entregarse de nuevo al amor de otros tiempos. A darse los morros como en tiempos pasados. Y es que a Salvador le crecen los enanos, con perdón. Si antes fue Felipe el que le traicionó, le montó un partido mientras estaba ausente de la alcaldía por culpa de una denuncia ante la justicia por el que hoy es alcalde con sus votos. Si antes fue Felipe, ahora es el edil Pedro López, número dos en la lista de Hernández, el que no estuvo por la labor de seguir los dictados de su jefe de filas y apoyar una moción de censura en contra del alcalde del PSOE. Si me permiten una maldad, les está bien empleado a estos dos “pringaos” de la política. A Felipe por poner sus intereses por encima de una lealtad debida en aquel tiempo a Salvador. A Salvador por tomarse una venganza contra Felipe que no tenía sentido, ya que la misma pasaba por votar y apoyar como alcalde de Carboneras a su más claro enemigo político. Estos dos gallos carboneros al cabo de unos meses se han dado cuenta de que no tienen poder en el gallinero, que los que cantan los despertares del pueblo no son ellos y se han caído del guindo. Ciegos en aquellos días de mayo y junio, cargados de rabia tras las elecciones, lentos como los famosos caracoles de Felipe en Carboneras, no se dieron cuenta de lo que se les venía encima. Salvador puso como alcalde al hombre que lo denunció ante la justicia y al que ahora ha querido quitar. El tiro por la culata le ha salido. Ya no es ni edil con sueldo. Desplumao, así lo ha dejado su “amigo” Amérigo. Pobre Salvador. Le denuncia Amérigo, se la juega Felipe, hace alcalde a Amérigo y cuando se  da cuenta de que ha metido la pata e intenta sacarla, va su nuevo segundo, Pedro López y también le traiciona.






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