El baile de todos los presupuestos

El éxito del minueto como el baile de salón más popular en el S.XVII consistía en facilitar los movimientos a los danzantes utilizando melodías breves que se iban repitiendo, con añadidos, a lo largo de toda la pieza. Y no puedo evitar pensar en ello cada vez que, tras la presentación del presupuesto de una administración pública, asistimos al baile declarativo de opiniones a favor o en contra. Siempre igual. 

Creo que no les descubro nada nuevo si digo que cada presupuesto anual lleva aparejado en el escenario político la repetición de determinados y bien acompasados movimientos que podemos resumir en el siguiente paso de baile: quienes gobiernan dice que sus presupuestos son fantásticos y quienes aspiran a gobernar dicen que son una catástrofe. Y ahora que estamos en danza con los primeros presupuestos de la Junta de Andalucía no realizados por el PSOE, dejaré para las diferentes escuelas interpretativas el juicio de si son los mejores o los peores; que si nos brindan una lluvia de millones o una DANA de deposiciones. Allá cada cual. Pero les propongo cambiar de ritmo y pensar en otra cosa diferente al sonsoniquete habitual. Por ejemplo, en que quienes ahora dicen que los presupuestos presentados por la Junta son poco menos que un coprolito atravesado por un palo, eran los mismos que hasta hace poco se encargaban de decir que las cifras que presentaban ellas y ellos eran sensacionales e imparables. Sin embargo y al margen de las escuelas interpretativas hay hechos que no admiten interpretación: llevamos nosé cuántos presupuestos y los almerienses volvemos a ver un año más obras presupuestadas pero aún inconclusas durante décadas por los socialistas: la autovía del Mármol anunciada por la Junta en 1985, o el Materno Infantil anunciado en 2007, por ejemplo. Y algo no se habrá hecho bien cuando después de tanto tiempo es necesario seguir dedicando dinero a terminarlas. Eso no admite discusión. Pero bueno, que siga el baile.