Agromarketing, del invernadero a la mesa

Diego Martínez Cano
07:00 • 29 jun. 2019

Esta semana hemos tenido la excelente oportunidad de estar presentes, como parte organizadora, en el II Congreso de Agromarketing impulsado por el PITA junto a Única Group, Basf y las empresas colaboradoras de la Mesa de Agroamarketing del Parque (CASI, Vicasol, Caparrós Nature, Agroponiente, Agromarketing Bialar, Hispatec, Maquinaria Creativos, Universidad de Almería, Fundación de la Universidad de Almería y la Agencia Andaluza de Promoción Exterior de la Junta de Andalucía (EXTENDA junto a las dos mencionadas al inicio).


En este Congreso hemos podido comprobar la importancia estratégica de conectar agricultor y consumidor a través del marketing. Todos los contenidos puestos sobre la mesa han coincidido en esa necesidad. A lo largo del Congreso se han sucedido magníficas ponencias que han ofrecido razones más que suficientes para abordar sin  más dilación, un marketing real para el sector en su conjunto.

Especialmente reveladores ha sido la radiografía y el análisis ofrecidos por Enrique de los Ríos, gerente de Única Group, según los cuales “el sector de la alimentación invierte 400 millones de euros en marketing cada año, mientras que el de frutas y hortalizas solo gasta 5 millones, frente a los 75 millones recomendados. La inversión debería rondar el 0,7% del presupuesto”.



Se trata, sin duda, de datos que no dejan a nadie  indiferente y muestran la realidad existente; cifras que hacen referencia  a la situación actual del agromarketing, que junto a la digitalización y la consolidación de la marca, son determinantes en la visión estratégica de la empresa a corto y medio plazo.


En este escenario, es muy gratificante comprobar y conocer iniciativas orientadas a poner en valor y a actualizar la forma en que el sector debe relacionarse y conectar no sólo con los mercados, sino directamente con el consumidor final; en ese sentido, hay que reconocer el trabajo constante de empresas y personas que están abanderando esta labor, sensibilizando y liderando esta nueva revolución inevitable en el sector agroalimentario almeriense.



Escuchábamos en el Congreso que el marketing había salvado al Plátano de Canarias; al hilo de ello, echando la vista atrás,  podemos reflexionar cómo sería la situación actual si este reto de conectar con el consumidor (que subrayamos de nuevo, ha sido asumido como propio algunos de los más significativos agentes de sector) se hubiese desarrollado mucho antes con un adecuado plan de marketing, con respuestas para el día a día, más allá del imprescindible para afrontar los sobresaltos y ataques interesados.


Precisamente, fue Plátano de Canarias uno de los que participantes en torno a 2004 en una jornada de la entonces Comisión de Comercio Exterior de la Cámara, en la que se pusieron, como objeto de análisis, elementos clave de una estrategia para el sector: el valor de la marca territorial, la concentración de la oferta o un marketing propio.



¿Cúal sería la situación ahora, si ya antes, se hubiera invertido, por ejemplo, 1 céntimo de euro/kgr en conquistar la mente del consumidor? ¿Si se hubiera logrado que millones de  consumidores prefirieran sobre el lineal los productos almerienses y no otros? ¿ a qué precio se venderían en origen existiendo una  altísima demanda de nuestras frutas y hortalizas en los mercados europeos?

Esa es un gran incógnita, una realidad incipiente entonces, que a día de hoy, es ya una inquietud manifiesta y cada vez más generalizada dentro y fuera del sector, una necesidad de supervivencia que cada día cobra más valor. 


Ante todo, por la exigencia de quienes llevan a su mesa lo que  producimos y la necesidad de ser competitivos en un mercado tan sensible; pero sobre todo, por la determinación, el esfuerzo y tesón de muchos profesionales y empresarios capaces de mirar hacia dentro y hacia fuera con espíritu crítico, decididos a aplicar constantes procesos de mejora más allá de las cifras de producción y venta, dando valor a cadena invisible que une al agricultor y el consumidor, a través de un marketing colaborativo, con todo lo que ello implica de compromiso.


Todos somos conscientes y nos lo han mostrado en este Congreso*, que de que nada sirve un excelente producto en el lineal de un supermercado si no logra “cautivar” al consumidor, que es quién tiene la última palabra pero despertar su entusiasmo y conectar con él, depende de nosotros.



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