La armónica proporción de la desfachatez

Quinientos años antes de Cristo, un escultor griego llamado Policleto escribió un tratado teórico -el famoso Cánon-  en el que explicaba la belleza estableciendo una relación directa entre la exactitud y la proporción. Según el inmortal artista, la perfección se alcanzaba relacionando armónicamente las partes de la obra unas con otras y cada una de ellas con el conjunto. Por ejemplo, en toda escultura el cuerpo tenía que medir siete veces lo que la cabeza. Contemple usted su Doríforo o portador de lanza, y comprobará lo que digo. Sí, ya sé que hay casos en donde se estrellan las simetrías porque todos conocemos a personas con un diámetro craneal tan considerable que, de tener que hacerles un sombrero de paja, tendrían que estar los burros de España comiendo chocolate un mes. Pero no es de este tipo de normas de aplicación o conducta de las que quiero hablarles hoy. Existen otros cánones de comportamiento que se repiten con la precisión que marca el metrónomo y que acaban creando escuela. El hampa administrativo instaurado por el PSOE en la Junta de Andalucía, por ejemplo. Acaba de desvelarse el caso de la llamada Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, un chiringuito en esa administración paralela que daba de comer a amigos, compañeros y familiares de los cargos del PSOE. Y así funcionaba: 24 millones de presupuesto con 483 trabajadores en nómina, que recibían 18 millones de euros; otros cinco millones para gastos generales y, ¡sorpresa!, apenas un millón de euros para la promoción cultural y la realización de actividades acorde con los fines para la que fue creada. Ese era el cánon. Ese era el modelo polifónico que -¿tienen ustedes dudas?- se repite a lo largo de esa administración socialista paralela. Una misma melodía que se escucha a intervalos diferentes y con ligeras variaciones. El Cánon del PSOE andaluz: la armónica proporción de la desfachatez.