Una cuestión de dignidad

José Luis Sánchez Teruel
07:00 • 31 mar. 2019

La crisis económica tuvo una de sus caras más amargas en la expulsión del mercado de trabajo de miles de personas que, de la noche a la mañana, se encontraron sin la posibilidad de llevar un sueldo a su casa. Muchos de nuestros jóvenes hicieron las maletas para buscarse un futuro mejor fuera de nuestro país, pero a muchos otros el zarpazo les pilló ya entrados en los 50. Después de agotar el paro buscando un empleo que no llegaba, encontraron como única tabla de salvación el subsidio para desempleados mayores de 52 años, que les aseguraba una renta mínima hasta que volvieran a encontrar un trabajo o, en la mayoría de los casos, hasta que alcanzaran la edad de jubilación.


Esto fue así hasta que en 2012, cuando la economía española tocaba fondo, el PP de Rajoy decidió eliminar este subsidio, retrasando la edad de acceso hasta los 55 años y endureciendo los requisitos para poder ser beneficiario. También rebajó las cotizaciones a la Seguridad Social y limitó el tiempo para cobrar la ayuda, lo que, en la práctica, supuso que muchos ciudadanos accedieran a una pensión ridícula, a pesar de llevar a sus espaldas toda una vida de trabajo y esfuerzo. Aquella decisión de dejar en la estacada a los parados de 52, 53 o 54 años que tenían graves dificultades para reengancharse al mercado laboral fue una decisión cruel, que cargará para siempre el Partido Popular.


Afortunadamente, las cosas han cambiado y mucho. Con la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno de España el pasado mes de junio se abrió una puerta para la recuperación de la agenda social en nuestro país. El Ejecutivo socialista incluyó la recuperación del subsidio para mayores de 52 años en su proyecto de Presupuestos Generales del Estado, aunque la cerrazón de las dos derechas impidió que las cuentas salieran adelante. Pese a este revés, el Gobierno de Sánchez encontró la manera de aprobarlo mediante un decreto-ley. 



Los socialistas podemos decir hoy con orgullo que hemos vuelto a hacer de España un país mejor, más humano y más justo. Hemos cumplido con los parados de más de 52 años, poniendo a su alcance un decreto que, por supuesto, incluye medidas para fomentar su regreso al mercado de trabajo, pero que también prevé que, si esto no ocurre, puedan seguir teniendo un ingreso mínimo.

Además, el texto aprobado por el Gobierno socialista eleva las cotizaciones a la Seguridad Social del 100 al 125% y la ayuda podrá cobrarse hasta la edad de jubilación, lo que hará que no se penalice económicamente de por vida a estos trabajadores que, por el capricho de la macroeconomía, un día dejaron de serlo.





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