¡El sello!

¡El sello!

Juan Torrijos
22:32 • 21 sept. 2011
Acaban de encontrar, me cuentan, un sello en Diputación. ¿Y qué importancia, pregunta uno, puede tener el sello en cuestión? ¡Pues la tiene, vaya si la tiene! Claro que antes hay que contar y saber la historia en su totalidad. Lo primero: No estaría de más que el alcalde de Roquetas y presidente de la institución provincial (si el hombre tiene tiempo, no queremos agobiarlo), o en su defecto su portavoz en palacio, confirmara si es cierto que ha aparecido el citado sello. No es conmemorativo, no va a la historia por ahí; es antiguo, pero su precio no aumenta fuera de las paredes de la diputación; tampoco podría servir para que el servicio de correos llevara una misiva a un ser querido. ¡Joer con el sello! diga de una vez para qué sirve el puñetero. Adelantar que ha podido servir para que algunos bolsillos se hayan aprovechados de buenos negocios. Aclarando: El sello es de madera y caucho. ¿Lo van cogiendo? Es un sello para estampar en albaranes o facturas, junto con una rúbrica o garabato. ¡Ya me va gustando el sello! A lo importante: ¿Qué lleva grabado en la parte de caucho? La pregunta del millón. Ha dado usted en el clavo. Esa es la parte a conocer, y saber así el uso o abuso que se le daba a tan pequeño elemento en la diputación provincia. Hay más preguntas que habrá que plantear otro día, pues se nos está acabando el papel. Pero como no quiero dejarles a ustedes con la miel en los labios, les cuento: El sello encontrado en la diputación es de una gasolinera de la capital. No me pidan el nombre, tendría que ser don Gabriel el que nos lo dijera a todos los almerienses. ¿Tendrá tiempo?






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