Supremacismo ético y pana gorda

Desde su eterna etiqueta de Anís del Mono, Darwin nos recuerda que la Historia se repite, lo que es uno de los principales errores históricos del género humano. Erramos por la inercia de tropezar una y otra vez con la misma piedra, lo que nos confiere una condición próxima a lo zoológico, ya que hace falta ser muy animal para emperrarse en repetir los desaciertos del pasado. Y más sonoro será el batacazo cuando más cercano en el tiempo esté el error que provoca la caída. Pero allá cada cual. Les cuento esto porque los concejales del PSOE y de IU en el Ayuntamiento de Almería han declinado participar en los actos institucionales con motivo del Día de la Mujer, del mismo modo que tampoco quisieron asistir a la recepción oficial que la Corporación Municipal de la que forman parte ofreció días atrás al Presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. Apenas unos días de diferencia para repetir el mensaje de que para PSOE e IU, la escenificación política está muy por encima de la función institucional del cargo por el que cobran puntualmente al final de cada mes. La razón de la ausencia en los actos promocionales de la Carrera de la Mujer es el habitual supremacismo ético de esa izquierda de pana gorda que sigue empeñada en creerse genética y patrimonialmente más digna, más solidaria y más justa que cualquier otra opción política. Es el “si no estoy yo al frente de todo, nada es importante o valioso o digno de respeto”. Pues allá ellas y ellos con el discurso del desprecio a lo que no dominan, pero convendría que alguien explicase a todos estos concejales tan dados a la gestualidad y tan poco proclives a la reflexión, que formar parte de una institución significa representar a todos los ciudadanos sin excepción, y que eso incluye tanto a los que les votan como a los que no. Pero no lo entienden. Cuando el virus del sectarismo tribal te posee, ni las inyecciones de urna en vena te reponen. Habrá que probar con el anís.